El referéndum que el 18 de septiembre de 2011 pretendía conseguir que se legislara para permitir el aborto en Liechtenstein dio como resultado una victoria del "NO" (ver esta entrada del blog). Previamente a la consulta, Su Alteza Serenísima Alois de Liechtenstein, Príncipe heredero y Regente, avisó de que ejercería su derecho de veto si el referéndum daba como resultado un "sí". Pese a que en esa ocasión el resultado fue negativo, ahora Liechtenstein va a volver a votar para decidir si el Príncipe puede seguir vetando el aborto y cualquier otra ley que atente contra la ley natural.
El Príncipe Alois -a quien vemos en la imagen junto a su esposa y sus hijos-, de 43 años, católico practicante, casado y padre de cuatro hijos, se opone a cualquier ley contraria a los "Principios No Negociables" enunciados por el Santo Padre Benedicto XVI, por lo que ha anunciado que si se le retira su derecho de veto abdicará.
A pesar de que el derecho a la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, es un derecho inalienable y no puede basarse en la opinión de la población -aunque ésta coyunturalmente apoyara medidas que atenten contra ella-, de los aproximadamente 36.000 ciudadanos con que cuenta el Principado, sólo 5.246 personas votaron "sí" en el pasado referéndum, lo cual indica que, además de lo anteriormente dicho, no es, ni mucho menos, una demanda social mayoritaria, pese a la presión ejercida por el grupo "Demokratiebewegung in Liechtenstein" (Movimiento Democracia en Liechtenstein), grupo laicista que pretende limitar constitucionalmente el poder del Príncipe, cuyo líder y portavoz es Sigvard Wohlwend, que está promoviendo el cambio a una legislación abortista con la iniciativa "Porque tu voz también cuenta", que sólo ha conseguido recabar 1.732 firmas, según su página oficial.
Lo irónico del caso es que si esta iniciativa popular se convierte en un referéndum para limitar o quitar el derecho de veto del Príncipe, éste también podría vetar dicho referéndum haciendo uso, precisamente, del derecho de veto que se le pretende retirar. Esperemos que los liechtensteinianos vuelvan a votar "no", o que en último término el Príncipe vete también esta minoritaria demanda y no abdique, pues se necesitan gobernantes como él en el mundo.
Pues que viva el rey. Ya quisiera yo tener gobernantes de su categoria. V Lovo
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