Tal día como hoy, 26 de mayo, hace 50 años -también un sábado-, el Beato Juan PP. XXIII leía un discurso a los participantes en el I Congreso Internacional de las Vocaciones Sacerdotales, en el que exponía la principal misión de los sacerdotes:
Ad quam quidem perfectam formam moribus exprimendam, sacerdotes probe meminerint, praecipuas sui muneris partes has esse: altaris Sacrificium digne offerre, verbum Dei nuntiare, Sacramenta ministrare, adesse infirmis praesertim morituris, ignaros fidei erudire; cetera, quae ad haec officia non pertineant, posthabenda esse vel summum toleranda.
Por lo que los sacerdotes deben recordar, a fin de dar ejemplo de comportamiento perfecto, que las actividades más importantes de su misión son: 1) Ofrecer dignamente el Sacrificio del altar; 2) Anunciar la Palabra de Dios; 3) Administrar los Sacramentos; 4) Asistir a los enfermos, especialmente a los moribundos; 5) Instruir a los ignorantes de la fe; todo lo demás que no corresponda a estas actividades se debe rechazar o, a lo sumo, tolerarlo.
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