Ayer, martes 29 de noviembre, el Catholic Herald se hizo eco de las palabras de S. E. R. George S.R.E. Card. Pell, Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede y miembro del Consejo de Cardenales que aconseja al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia, que pronunció en una charla en la catedral de San Patricio de Londres (Reino Unido), durante la cual se alineó con los cuatro cardenales que presentaron las "dubia" al Papa Francisco. También se refirió a que actualmente hay "numerosos católicos practicantes" que están "desconcertados por el giro de los acontecimientos" en la Iglesia. Además, dijo que una de las causas de preocupación son las falsas teorías sobre la conciencia y la ley moral: la conciencia debe referirse a la Verdad revelada y a la ley moral. Esta es la traducción al español que he realizado a partir del artículo original (en inglés):
El Cardenal Pell dio una charla sobre San Damián de Molokai como parte de la serie de conferencias en San Patricio por el Año de la Misericordia. Pero también reflexionó sobre el catolicismo en la actualidad. Dijo que, si bien el Papa Francisco tiene "un prestigio y una popularidad fuera de la Iglesia" mayor que cualquier otro Papa anterior, algunos católicos están actualmente incómodos. Posteriormente, el cardenal australiano, a quien se le ha pedido dirigir las reformas financieras del Papa Francisco y es miembro del grupo de asesores del "C9" del Papa, criticó algunas de las ideas sobre la conciencia que ahora están presentes en la Iglesia.
El cardenal Pell dijo que enfatizar la "primacía de la conciencia" podría tener efectos desastrosos si la conciencia no se somete siempre a la enseñanza revelada y a la ley moral. Por ejemplo, "cuando un sacerdote y un penitente están tratando de discernir el mejor camino a seguir en lo que se conoce como fuero interno", deben basarse en la ley moral. La conciencia "no tiene la última palabra en muchas ocasiones", dijo el cardenal. Siempre es necesario seguir la enseñanza moral de la Iglesia, añadió.
El cardenal contó la historia de un hombre que se acostaba con su novia y que preguntó a su sacerdote si podía recibir la Comunión. Habría sido "engañoso" decirle al hombre que simplemente siguiera su conciencia, dijo el cardenal. Añadió que aquellos que enfatizan "la primacía de la conciencia" sólo parecen aplicarla a la moral sexual y a cuestiones relativas a la santidad de la vida. Rara vez se aconseja a nadie seguir su conciencia si dicen que son racistas o reticentes a ayudar a los pobres y vulnerables, dijo el cardenal.
Sus comentarios se producen después de tres años de debate sobre la enseñanza de la Iglesia acerca de [dar] la Comunión a los divorciados vueltos a casar. El Cardenal Pell ha sido una de las figuras principales que han mantenido públicamente la doctrina tradicional repetida en la Familiaris Consortio del Papa Juan Pablo II: que los vueltos a casar no deben recibir la comunión a menos que vivan "como hermanos". Pero algunos católicos prominentes han sugerido un enfoque diferente. Por ejemplo, el cardenal Blase Cupich ha argumentado que la conciencia de alguien podría indicarle que puede recibir la comunión, y que "la conciencia es inviolable". El cardenal Pell citó los escritos sobre la conciencia del Beato John Henry Newman, en los que Newman rechazó una "miserable falsificación" de la conciencia que definió como "el derecho a la libre voluntad". Señaló que Newman defendió a los Papas Pío IX y Gregorio XVI, quienes, en palabras del cardenal Pell, "condenaron una conciencia que rechazaba a Dios y rechazaba la ley natural".
El cardenal también rindió homenaje a "dos grandes encíclicas" de San Juan Pablo II, Veritatis splendor y Evangelium Vitae, que presentan la ley moral como algo obligatorio en todos los casos. Al preguntársele si el malestar de algunos católicos por el estado de la Iglesia estaba relacionado con falsas teorías sobre la conciencia, el cardenal Pell dijo: "Sí, es correcto". Y añadió: "La idea de que de alguna manera uno pueda discernir que las verdades morales no deben ser seguidas o no deben ser reconocidas [es] absurda" [...] Todos estamos sometidos a la verdad", dijo el cardenal, señalando que la verdad objetiva puede ser "diferente de nuestra comprensión de la verdad". También dijo que mientras la doctrina se desarrolla, no hay "vueltas de tuerca".
Se preguntó al cardenal Pell acerca de la carta dirigida a Francisco por los cuatro cardenales pidiendo una aclaración de la reciente exhortación del Papa Amoris laetitia. Los cardenales han pedido al Papa que confirme que siguen siendo válidos cinco puntos de la enseñanza católica. Estos incluyen la enseñanza de que los vueltos a casar no pueden recibir la Comunión a menos que vivan como hermano y hermana, y la enseñanza de que algunos absolutos morales no tienen excepciones. El Papa no ha respondido a la petición de los cuatro cardenales, que fue enviada hace dos meses. Los cardenales han tomado esto como una invitación a publicar sus preguntas y continuar la discusión. El representante de los obispos griegos ha afirmado que los cuatro cardenales son culpables de "pecados muy graves" y podrían provocar un cisma. Cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con las preguntas de los cardenales, el cardenal Pell respondió: "¿Cómo puede uno estar en desacuerdo con una pregunta?". Dijo que preguntar sobre cinco cuestiones es "significativo".
En su charla, el cardenal Pell retrató a San Damián de Molokai como un sacerdote a veces difícil pero muy santo. Señaló que el ministerio de San Damián estaba motivado en parte por su temor por las almas de los leprosos a su cuidado. El cardenal dijo que la estrategia pastoral de un sacerdote está fuertemente determinada por cuántas personas piensa que se salvarán.
Dijo que las palabras de Jesús, tales como "muchos son llamados, pero pocos son escogidos", sugieren que mucha gente irá al infierno. El cardenal dijo que aunque a él no le haga gracia esta idea, "Jesús sabía más de esto que nosotros", y que "nuestra propia tolerancia a la diversidad puede degenerar" para que creamos que "la felicidad eterna es un derecho humano universal".
El Cardenal Pell dijo que la verdad sobre el castigo eterno se ha minimizado, al tiempo que se ha generalizado una idea equivocada de la conciencia. Una vida pecaminosa hace difícil percibir la verdad, dijo, incluyendo las verdades morales -y así no entender la ley moral podría ser resultado del pecado-. "ahora, la idea de ignorancia moral culpable se discute tan infrecuentemente como las penas del infierno", dijo el cardenal.
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Muy bien
ResponderEliminarMuy bien por el cardenal Pell, me sorprende el poco apoyo que han tenido los cuatro cardenales pero como dicen en mi pueblo el miedo de ser misericordiados no anda en burro. De igual manera dejaron solos a Los cardenales Siri, y Otavanni, en tiempos de Pablo VI.
ResponderEliminarSaludos Cordiales.
DIO vi benedica per il suo lavoro
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