domingo, 27 de noviembre de 2016

Domingo I de Adviento: comienzan las celebraciones de la Misa (novus ordo) "ad Orientem", como pidió el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos

La primera fotografía ha sido tomada esta misma mañana, a las 09:30 horas, durante la Santa Misa (Novus Ordo), oficiada "ad Orientem" en el altar mayor de la catedral de Perpiñán (Francia), como pidió hacer a todos los sacerdotes, el pasado 5 de julio, S. E. R. Robert S.R.E. Cardenal Sarah, Prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos y actual Presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum". Puede verse el llamamiento del Cardenal Sarah a todos los sacerdotes en el siguiente enlace:


ACTUALIZACIÓN:

En la mañana del lunes 28 de noviembre, el P. Jorge González Guadalix, párroco de la iglesia de la Beata María Ana Mogas del barrio de Tres Olivos, en Fuencarral, Madrid (España), ha publicado en su blog una fotografía -la segunda de esta entrada- y ha escrito la crónica de la primera Misa (novus ordo) oficiada ayer, I Domingo de Adviento, "ad Orientem", en su parroquia:
A mi modo de ver hubo una asistencia más que notable de fieles. Tengamos en cuenta que se trataba de la primera misa del domingo, la de las 9:30 h., a la que suelen asistir entre treinta y cuarenta personas. Ayer no exagero si digo que andaríamos rondando los cien asistentes, si no más. Es decir, que había expectación y ganas. En las fotos se ven huecos. Normal. Sentados caben en la iglesia más de trescientos fieles.

Al acabar la celebración, fueron numerosos los fieles que se acercaron a dar las gracias por la celebración y a dar rienda suelta a sus emociones. Al menos los que se acercaron a dar su parecer, muy contentos con la experiencia, sin más pega que la hora, que las 9:30 de un domingo para mucha gente resulta temprano.

¿Y el celebrante cómo lo ha vivido? Con mucha emoción, tanta que hasta he de confesar que dormí mal la noche anterior. Para mí ha sido una misa como nueva. Especialmente ofertorio y consagración.

Mi sensación ha sido sobre todo la de sentirme cara a cara ante el misterio de Dios. Como cuando Moisés se encontró con Dios cara a cara y el pueblo estaba expectante. Todos ante Dios y yo, el sacerdote, el primero, con el corazón encogido mientras me atrevía a pronunciar las palabras de la consagración. Como en una nube envolvente de misterio. Solo ante Dios, pero con una soledad asentada en la presencia y participación de los fieles que se han sentido contagiados por esa aura de misterio y profundidad y con su oración y su estar apuntalaban y sostenían mis súplicas.
Puede leerse el resto de la crónica y ver un vídeo de la celebración en este enlace.

1 comentario :

  1. Ciertamente, el seguimiento de la propuesta ha sido muy escaso, pero esperemos que poco a poco se vaya extendiendo, si Dios quiere.

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