jueves, 1 de diciembre de 2016

El Papa Francisco no gana para disgustos: la máxima autoridad de la Iglesia en China, el Cardenal Zen, dice que Francisco "traicionaría a Cristo" si permite a la China comunista elegir obispos

El Papa Francisco no gana para disgustos: al máximo representante de la Iglesia Católica en China, S. E. R. Joseph S.R.E. Card. Zen Ze-kiun, S.D.B., Arzobispo emérito de Hong Kong (China), no parece hacerle mucha gracia la resurrección de la Ostpolitik vaticana, retomada en este pontificado después de cuatro décadas, y el posible acuerdo de la Santa Sede con el gobierno comunista chino. Hasta tal punto, que ha llegado a afirmar que el Papa Francisco -inclinado a siniestra, como es evidente a todo el mundo y él mismo deja patente, tanto en su actividad diaria, como en sus comentarios e intromisiones en el ámbito político-, si concede al gobierno del Partido Comunista Chino la facultad de elegir obispos, "traicionaría a Cristo". Así ha dado la noticia LifeSiteNews, que he traducido íntegramente al español:

HONG KONG 29 de noviembre de 2016 (LSN) - La más alta autoridad católica china ha declarado que si Francisco permite que la China comunista meta la mano en la selección de los obispos católicos de la nación sería "traicionar a Jesucristo".

"No puedes iniciar negociaciones con la mentalidad "queremos firmar un acuerdo a cualquier precio", entonces te estás rindiendo, te estás traicionando, traicionas a Jesucristo", dijo el Cardenal Joseph Zen a The Guardian esta semana.

El ex obispo de Hong Kong, de 84 años de edad, se ha opuesto firmemente a un posible acuerdo entre el Vaticano y el gobierno chino que daría legitimidad a la gubernamental Asociación Patriótica Católica China. Afirma que el movimiento alienaría a los auténticos católicos que asisten al culto en la "Iglesia clandestina", de la única Iglesia verdadera encabezada por Cristo y su representante, el Papa.

El Wall Street Journal informó a principios de este mes de que "en este caso, Roma se comprometería a reconocer como obispos sólo a aquellos clérigos que primero ganaron la candidatura de la Conferencia de Obispos de la Asociación Patriótica", permitiendo así al gobierno, no a la Iglesia, decidir quién es obispo.

El cardenal Zen dijo a principios de este mes que tal acuerdo simplemente conseguiría que el Vaticano diera credibilidad a "obispos falsos" que, como "títeres" completamente controlados por el gobierno, no buscarían el bien de la Iglesia sino su destrucción.

Según el Decreto sobre los Obispos del Concilio Vaticano II (1965), el derecho de nombrar y designar a los obispos pertenece "de manera adecuada, peculiar y per se exclusivamente a la autoridad eclesiástica competente".

"Por lo cual, para defender como conviene la libertad de la Iglesia y para promover mejor y más expeditamente el bien de los fieles, desea el sagrado Concilio que en lo sucesivo no se conceda más a las autoridades civiles ni derechos, ni privilegios de elección, nombramiento, presentación o designación para el ministerio episcopa", declaró el Concilio en ese momento.

El Código de Derecho Canónico (Canon 377 § 5) establece que "no se concederá a las autoridades civiles ningún derecho ni privilegio de elección, nombramiento, presentación y designación de Obispos".

El abogado canonista Edward Peters ha dicho que el Vaticano, al tratar con China, debería recordar la Historia y la lección de que "cuanto mayor es el papel desempeñado por el poder secular en asuntos eclesiásticos, mayores son las posibilidades de abuso".

"Tal concesión a China, si eso es lo que realmente se propone, seguramente sería exigida por otros estados totalitarios, recreando los desordenados enredos entre la Iglesia y el Estado que marcaron y en ocasiones afectaron a gran parte de la Historia de la Iglesia", escribió en su blog.

En la entrevista, Zen dijo a The Guardian que cualquier acuerdo propuesto crearía simplemente una "libertad falsa" para una institución falsa.

"Pero es sólo apariencia de libertad, no es libertad real, la gente tarde o temprano verá que los obispos son títeres del gobierno y no realmente pastores del rebaño", dijo.

A Zen le gustaría ver que el Vaticano abandonara el acuerdo.

"Si no puede obtener un buen trato, un acuerdo aceptable, entonces el Vaticano debe abandonar y tal vez intentarlo más tarde. ¿Podía la Iglesia negociar con Hitler? ¿Podía negociar con Stalin? No", dijo.

Zen ha sugerido que el reconocimiento por parte del Vaticano de la iglesia gubernamental confirmando los nombramientos episcopales sólo "envenenaría" a la verdadera Iglesia Católica en China, donde se calcula que unos siete millones de personas asisten en secreto.

"La sangre de los mártires es semilla de los nuevos cristianos", dijo. "Si esa sangre está envenenada, ¿cuánto durarán esos nuevos cristianos?".

[TRADUCCIÓN: CATHOLICVS. Original en inglés aquí]

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