Cada día un sobresalto. Y cada día un ataque nuevo a la doctrina, a la moral católica y a los sacramentos; con "licencia eclesiástica", eso sí. Ahora le ha tocado el turno a la Extremaunción: hoy se ha difundido -y por ello están corriendo ríos de tinta- una nueva "directriz pastoral" de los obispos de las diócesis canadienses del Atlántico que permiten que los sacerdotes den la absolución, la Comunión y la Extremaunción a los que pretenden suicidarse o que otros les asesinen por encargo -bien sea el personal sanitario, familiares o amigos-. Según ellos, basándose en "Amoris laetitia" y "Evangelium Gaudium", del Papa Francisco (ver noticia completa más abajo).
Mientras esto ocurre en Canadá, S. E. Mons. Vitus Huonder, obispo de Coira (Suiza), ha ordenado a sus sacerdotes que denieguen los últimos sacramentos a quienes eligen morir mediante eutanasia, por ser incompatible con la salvación y porque "en dicha circunstancia, no se dan los requisitos previos para la recepción de los sacramentos" (ver aquí).
Casualidad o no, Mons. Huonder ha sido "llamado a consultas" por el Papa Francisco justo para el día de su cumpleaños, el próximo 17 de diciembre (ver aquí).
Y hoy mismo, desde la Santa Sede nos llega otra información, muy escueta, relacionada con todo lo anterior: tras la reunión del Papa con el Consejo de Cardenales (C9), el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, ha asegurado que el Papa Francisco no va a responder a las "dubia" de los cuatro cardenales porque "para el Papa está suficientemente claro que ya ha hablado el Sínodo" ("per il Papa è abbastanza chiaro che ha già parlato il Sinodo"). Y esto a pesar de que, exactamente, el Sínodo ya ha hablado: rechazando los polémicos puntos de "Amoris laetitia" sobre los que el Papa se niega a pronunciarse (ver aquí).
Como colofón, en la homilía de hoy en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco ha vuelto a hablar del "pobre" Judas Iscariote, el que traicionó al Señor y luego se suicidó, con estas palabras:
"Judas fue un traidor, ¡pecó mucho eh! Pecó enormemente. Pero después el Evangelio dice: “Arrepentido, fue a devolverles las monedas”. Y ellos ¿qué hicieron? “Pero, tú fuiste socio nuestro. Quédate tranquillo… ¡Nosotros tenemos el poder de perdonarte todo!”. ¡No! “¡Arréglate como puedas! ¡Es un problema tuyo!”. Y lo dejaron solo: ¡descartado! El pobre Judas traidor y arrepentido no fue acogido por los pastores. Porque ellos habían olvidado lo que significa ser pastor. Eran los intelectuales de la religión, los que tenían el poder, los que llevaban adelante la catequesis del pueblo con una moral hecha por su inteligencia y no por la revelación de Dios".
No hace falta ser ningún lince para atar cabos. Para quien no se la haya leído, en "Amoris laetitia" también se alude a la eutanasia. Hablé de ello en una de las partes de mi análisis sobre dicho documento (ver aquí). En concreto, el Papa cita el punto el 2352 del Catecismo de la Iglesia Católica, tratando de encontrar, infructuosamente, otra justificación para "demostrar" que los adúlteros, o al menos algunos de ellos, no cometen un pecado grave. Pero en dicho punto, el 2352, los atenuantes que se exponen se refieren a la masturbación, no al adulterio. Pues bien, en la misma nota que acompaña esta cita, también nombra la Declaración "Iura et bona" de la Congregación para la Doctrina de la Fe (5 mayo 1980), que tampoco guarda relación con el adulterio, sino que se refiere a la eutanasia; pero lejos de servir de ejemplo para justificar esos supuestos "atenuantes" en el caso del adulterio, fíjense lo que se dice en dicha declaración:
Aquí está más desarrollada la noticia sobre los obispos canadienses:
Con esta nueva "ocurrencia", ya van cuatro sacramentos que se cargan: la Penitencia, la Eucaristía, el Matrimonio, y ahora la Extremaunción, además de contar con un nuevo tipo de episcopado: el que es más "misericordioso" que todos los obispos que ha habido en la Iglesia durante más de dos mil años, e incluso que el mismo Cristo -mejor no recordar al obispo que propuso durante el pasado sínodo de la familia volver a instaurar el repudio mosaico-. Tenemos un episcopado alemán que ha aprobado la simonía y la dispensación de la píldora abortiva en los hospitales católicos alemanes, además de llevar tiempo dando comuniones sacrílegas a los adúlteros; a los que recientemente se han sumado obispos como uno de Filipinas, el de San Diego y los de la región de Buenos Aires, que admiten la bigamia y la administración sacrílega de sacramentos a los adúlteros; y como penúltima obra de "misericordia", pues no será la última, tenemos ahora a los misericordiosísimos obispos de Canadá atlántico que quieren absolver el pecado el de suicidio/homicidio incluso antes de cometerse, a quienes no sólo no tienen propísito de la enmienda, sino que tienen previsto pecar después de recibir la absolución, comulgar a continuación y recibir los santos óleos de la Extremaunción. Como dice el Evangelio: el que tenga oídos para oír, que oiga.
"Podría también verificarse que el dolor prolongado e insoportable, razones de tipo afectivo u otros motivos diversos, induzcan a alguien a pensar que puede legítimamente pedir la muerte o procurarla a otros. Aunque en casos de ese género la responsabilidad personal pueda estar disminuida o incluso no existir, sin embargo el error de juicio de la conciencia —aunque fuera incluso de buena fe— no modifica la naturaleza del acto homicida, que en sí sigue siendo siempre inadmisible".
Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Iura et bona, sobre la eutanasia (5 mayo 1980), II: AAS 72 (1980)
Aquí está más desarrollada la noticia sobre los obispos canadienses:
Nueva pastoral de los prelados de las diócesis del AtlánticoObispos canadienses aprueban dar los sacramentos a los que quieren suicidarse
Las nuevas directrices pastorales de las diócesis canadienses del Atlántico permiten que los sacerdotes den la Comunión y la Unción de Enfermos y absuelvan de sus pecados a los que pretenden suicidarse con auxilio médico, según la ley canadiense. La decisión será tomada por cada sacerdote, después de un «encuentro pastoral» con el interesado y su familia.
(InfoCatólica) En junio de este año, se aprobó en Canadá una legislación federal que legalizaba el suicidio asistido. La nueva ley canadiense permite que los médicos y enfermeras o bien causen directamente la muerte del paciente (eutanasia) o le receten medicinas para provocar su muerte (suicidio asistido).
En ese contexto, los obispos canadienses de la región del atlántico publicaron el pasado 27 de noviembre la carta titulada «Una reflexión pastoral sobre la asistencia médica para morir». En ella, se dan los criterios pastorales apropiados, a juicio de los obispos, para que los sacerdotes traten con las personas que han decidido suicidarse aprovechando las facilidades que les confiere la nueva ley.
En la carta, se indica que la nueva legislación «plantea muchas preguntas y preocupaciones para los enfermos, sufrientes y sus familias y amigos», además de «plantearnos el reto como Iglesia y como Católicos individuales de crecer en nuestra comprensión de la enseñanza moral de la Iglesia sobre este tema». Los obispos recuerdan que la eutanasia y el suicidio asistido «no reflejan nuestra visión cristiana de la vida, el sufrimiento y la muerte», aunque en ningún momento se denuncia la ley como gravemente inmoral e injusta.
Monseñor Claude Champagne, obispo de Edmunston y Presidente de la Conferencia Episcopal del Atlántico, explicó al Catholic Register que el documento pone más énfasis en el cuidado pastoral que en la doctrina, para asegurarse de que los católicos se sientan acogidos. «Intentamos no condenar ni juzgar, sino que tratamos de acercarnos a la gente para expresar la visión católica, a la vez que acompañamos a la gente». De esa forma, quieren seguir lo expresado en Amoris Laetitia, sobre reconocer que «hay gente que todavía no ha llegado» a aceptar la visión católica. «Los acogeremos, intentaremos comprenderlos y los acompañaremos». La carta afirma que el Santo Padre «nos recuerda que quien acompaña a otros debe darse cuenta de que la situación de cada persona ante Dios y su vida de gracia son misterios que nadie puede conocer plenamente desde fuera. Por lo tanto, no debemos juzgar la responsabilidad y culpabilidad de la gente».
Los obispos señalan que, «en el cuidado pastoral de aquellos que están contemplando la posibilidad de recurrir a la asistencia médica para morir, debemos recordar que la finalidad del cuidado pastoral es comunicar la compasión de Cristo, su amor que sana y su misericordia». Asimismo, indican que las personas «que estén considerando la posibilidad de acudir a la eutanasia o al suicidio asistido y que pidan el ministerio de la Iglesia deberán ser acompañadas con diálogo y apoyo compasivo y orante».
El documento de los obispos indica que aquellos que estén «considerando recurrir a la eutanasia o al suicidio asistido» podrán recibir la Comunión, la Confesión y la Unción de Enfermos además de tener un funeral católico después de suicidarse. Para concederles estos sacramentos, los sacerdotes deberán tener en cuenta su «contexto emocional, familiar y de fe». Es el «encuentro pastoral» el que «arrojará luz sobre situaciones pastorales complejas e indicará la acción más apropiada a tomar, incluida la decisión de si la celebración de los sacramentos es adecuada». La decisión de si se va a celebrar un funeral católico deberá tomarse en «diálogo con las personas involucradas de forma compasiva, sensible y abierta», aunque parecen indicar que siempre deberá celebrarse ese funeral, porque «como personas de fe y ministros de la gracia de Dios, estamos llamados a confiar a todos, sin importar sus decisiones, a la misericordia de Dios».
Con estas directrices pastorales, los obispos del Atlántico se separan por completo de lo que determinaron en septiembre los obispos canadienses de Alberta y los Territorios del Noroeste. Los obispos de esta otra región publicaron un Vademécum en el que se indicaba que las personas que rechazaran de forma «obstinada» la doctrina de la Iglesia sobre el suicidio asistido no podían recibir la Unción de Enfermos. Sí que admitían, en cambio, la posibilidad de un funeral católico en algunas situaciones.Monseñor Champagne resaltó que la postura de los obispos de Alberta y el Noroeste no expresa la visión de todos los obispos católicos del Canadá.
En su felicitación al Papa por su ochenta cumpleaños, el Arzobispo de Sevilla en el que manifiesta "la adhesión cordial de todos los diocesanos a su rico magisterio espiritual, doctrinal y pastoral" de Francisco. ¿Se referirá con estas palabras a "Amoris laetitia"?
ResponderEliminarhttp://www.archisevilla.org/la-archidiocesis-de-sevilla-con-el-papa-francisco-por-su-80-cumpleanos/
Quizás. O quizás no. Depende. Habrá que discernir su frase caso por caso, digo, palabra por palabra. Aunque lo de "su rico magisterio espiritual, doctrinal y pastoral" suena a la típica retranca andaluza.
EliminarNo creo que sea retranca, sino culto al Papa. Además, D. Juan José Asenjo no es andaluz, sino castellano de Sigüenza.
EliminarHermenegildo: lo decía con cierta ironía. Ya se sabe que todo se pega menos la hermosura, así que, siendo Arzobispo de la capital andaluza... En todo caso, también ha dicho el Papa que no le gusta que le feliciten con antelación porque da mala suerte, y ya ve.
EliminarLe falta pervertir 3 sacramentos más...
ResponderEliminarDebemos Orar mucho para que Dios le detenga.
El Papa cumple ochenta y la senilidad lo hará hacer y decir más disparates y mas cuando se enoja.
ResponderEliminarSaludos cordiales .
Yo no le veo aún signos de senilidad. De hecho, le veo más sano que una lechuga. Lo que diga o no diga se deberá a otra cosa; no creo que a eso. Un saludo, en Xto.
EliminarYo no sé si me va a publicar esto, Catholicvs. A la vista del Artículo con todas esas barbaridades, cómo puede Francisco llamarse Papa? Nuestro Señor no pude avalar todas estas maldades. Nuestro Señor no puede contradecirse. Nuestro Señor ha rogado por Pedro!
ResponderEliminarEn la Historia de la Iglesia ha habido de todo: Papas buenos, regulares y malos. Y aquí sigue la Iglesia, por promesa de Cristo. Los caminos del Señor son inescrutables. Hay que tener paciencia, confiar en Dios y en su divina Providencia. Y rezar. Dios es el mismo hoy, ayer y siempre. Se pueden perder batallas pero ya sabemos Quién ganará la guerra. Un saludo, en Xto.
EliminarEl tiempo para que el cisma se ponga al descubierto está cerca, y ya, una incomodidad terrible se está haciendo sentir en Roma. Cuando el Espíritu Santo se enfrenta con el espíritu del mal, una línea divide exactamente por la mitad de modo que dos lados emergen. La gran división descenderá rápidamente. Entonces muchos de los que han sido engañados por el mentiroso correrán de nuevo a Mis Brazos Sagrados por protección.
ResponderEliminarEstimados amigos , hay un artículo del semanario Remnant escrito por Hilary White titulado El Boom; la dubia de los cuatro cardenales y el cisma en el vaticano . Lo encuentran en español en la página Adelante el la Fe .
ResponderEliminarMuy bueno ;describe los probables escenarios del la Iglesia después de tan importante e inédito acontecimiento. Mis respetos para esta columnista.
Saludos Cordiales