En la madrugada del pasado jueves 26 de mayo fueron atacados cuatro de los monumentos más emblemáticos dedicados a la Virgen en la ciudad venezolana de Barquisimeto. En uno de ellos fueron destrozadas las cabezas de las ovejas que rodeaban la imagen de la advocación de la Divina Pastora, y también pueden apreciarse impactos de bala en el rostro (concretamente, en su pómulo izquierdo) y otras partes del cuerpo de la Virgen, como la cabeza.
Se trata del monumento a la Divina Pastora que hay en la glorieta hacia la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, una escultura de color verde que mide aproximadamente tres metros de altura y representa a la imagen de la Divina Pastora sentada con el Niño. La figura tiene la cabeza inclinada hacia abajo y el rostro de frente. El cabello largo y peinado con bucles, lleva sombrero de ala ancha. El rostro es sereno, con labios y nariz perfilada. Viste traje compuesto por camisa cerrada con mangas largas, abombadas en la parte superior, drapeadas en la parte inferior y cerradas en la muñeca. Los hombros están cubiertos por un pequeño manto. Lleva falda doble, amplia y con pliegues. En su mano derecha, apoyada sobre el cuerpo, porta un cayado pastoril, mientras que con el brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, que está sentado en su regazo. De cabello corto y rizado, rostro plácido y sereno, de cuerpo robusto, su brazo derecho flexionado se apoya sobre el pecho; con el dedo índice extendido sostiene unas flores, mientras que su brazo izquierdo está extendido. El Niño viste túnica y está descalzo, tiene las piernas cruzadas al frente. La Virgen y el Niño están rodeados por siete ovejas blancas, aproximadamente de un metro de altura y otro de ancho, robustas y con rostros gráciles y simpáticos, con texturas en algunas partes del cuerpo que simulan la lana. Las ovejas se encuentran alrededor de la imagen, de pie, tumbadas, o incluso recostadas sobre la Virgen. Todo el conjunto se encuentra sobre un pedestal escalonado de 5x3 m. aproximadamente, recubierto con losas cuadradas oscuras.
Además de este monumento también fue atacada la obra de la Divina Pastora del artista plástico Antonio Vargas, en la Plaza Macario Yépez, que fue bañada con pintura roja. En la Cuesta Lara también pintaron el mural de la artista Sandra García. Y de un disparo, acabaron con la cabeza del Niño Jesús de la Virgen en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto. La Divina Pastora, que se encontraba en el paseo de la Virgen Madre del Salvador, al lado de la iglesia Coromoto, fue vilmente dañada. El rostro, tanto el de la Excelsa Patrona como el de Jesucristo, se encontraban rotos y el vestido de la Madre de Dios estaba pintado de rojo.
Además de este monumento también fue atacada la obra de la Divina Pastora del artista plástico Antonio Vargas, en la Plaza Macario Yépez, que fue bañada con pintura roja. En la Cuesta Lara también pintaron el mural de la artista Sandra García. Y de un disparo, acabaron con la cabeza del Niño Jesús de la Virgen en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto. La Divina Pastora, que se encontraba en el paseo de la Virgen Madre del Salvador, al lado de la iglesia Coromoto, fue vilmente dañada. El rostro, tanto el de la Excelsa Patrona como el de Jesucristo, se encontraban rotos y el vestido de la Madre de Dios estaba pintado de rojo.
Hasta el momento se desconocen los responsables de este deplorable hecho, pero en el lugar existen cámaras de seguridad, por lo que los vídeos ya están siendo analizados para identificar a los autores. Teodoro Campos, Secretario General de Gobierno en Lara, informó de que las grabaciones han sido entregadas al Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), para determinar quiénes son los responsables de dichos actos. Llama la atención que sólo atacaran iconos religiosos, teniendo en cuenta que Barquisimeto es una de las ciudades más religiosas del país.
Mientras, personalidades del ámbito político, religioso y social se trasladaban a la redoma de la intercomunal Barquisimeto-Cabudare para rechazar estos actos. cientos de personas, incluyendo niños observaban con tristeza el agravio cometido a su Madre, a la Madre de Dios. Desde tempranas horas, el colectivo larense, fervoroso y devoto, se levantó entristecido al observar los daños y destrozos que ocasionaron. Los lugareños, gente buena que siente y vive la fe y la devoción a la imagen de la Virgen María bajo la advocación de la Divina Pastora, se fueron congregando y hubo quien desde su vehículo observaba la imagen, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. La tristeza y el desasosiego invadió a la colectividad larense, cuando se dio a conocer que además de la imagen de la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, más imágenes habían sufrido daños y agresiones. Dentro de la iglesia, varias personas lloraban este atentado.
El párroco de la Catedral Metropolitana de Barquisimeto, Rvdo. P. Ángel Castillo, que ve con suma preocupación y tristeza estos hechos que atentan contra la fe de los habitantes de la ciudad, rechazó contundentemente estos actos vandálicos. Aseguró que es la primera vez que pasa algo así en los 155 años que tiene esta devoción mariana en la ciudad: "Nunca antes se había visto una cosa así, sobre todo porque son diferentes imágenes en otros puntos de la ciudad. Toda Venezuela rechaza este hecho vandálico. Un acto como éste no puede quedar sin castigo, el peso de la Ley debe ejercerse en quienes cometieron esta atrocidad".
La imagen de la Divina Pastora, Patrona del estado Lara, se encuentra en la iglesia de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto. Es una de las imágenes religiosas más importantes de Venezuela y una de las Vírgenes más queridas y seguidas de esa zona del país. Es la patrona venerada hoy por los barquisimetanos y es considerada pura bondad, la Madre de todos, la virgen del pueblo.
El comienzo de la veneración a la Divina Pastora se remonta al año 1736, cuando el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una escultura de la Inmaculada Concepción. Por equivocación, en lugar de la Inmaculada llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de ese momento la población interpretó el raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.
Según consta en documentos la imagen de la Divina Pastora de Santa Rosa fue adquirida entre 1715 y 1724, llevada desde Sevilla (España), aprovechando que en ese momento tenía mucho auge la devoción pastoril de la virgen y había costumbre de importar las imágenes religiosas. Las imágenes articuladas como la de la Divina Pastora generalmente venían desarmadas para facilitar su traslado o también podían traer por separado la cabeza, los pies y las manos y luego se realizaba en el lugar la armazón de madera que conformaba el cuerpo.
Se trata de una imagen de vestir, articulada, con apariencia de maniquí, que representa a la Divina Pastora en posición sedente. La cara, manos y pies están tallados en madera, recubiertos de yeso y pintados. La imagen tiene la cabeza ligeramente ladeada hacia su izquierda, lleva una larga cabellera, el rostro refleja una expresión serena y gentil. Los brazos extendidos a los lados y las piernas son listones de madera coloreados de azul. Con su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, de cabello corto y oscuro, con los brazos extendidos a los lados, y viste túnica. Con la mano derecha sostiene un báculo de metal. Las articulaciones están sujetas con clavos y el torso también es de madera. Tiene un vestuario completo, compuesto de traje, zapatos y sombrero, que le dan una imagen muy agraciada y natural.
En Venezuela, la devoción a la Divina Pastora se extendió durante el s.XVIII. En el nombre de los pueblos fundados por misioneros aparecía con frecuencia el titulo pastoril de la Virgen. La Divina Pastora forma parte de la vida cotidiana del estado de Lara. Principalmente, en la ciudad de Barquisimeto y en el pueblo de Santa Rosa es común que hospicios, asilos de ancianos, conventos, negocios y viviendas lleven el nombre de la Virgen, como también escuchar el nombre de pastor o pastora adjudicado a las personas. La Virgen pastora enaltecida primero por el Rvdo. P. Bernal y luego por el Rvdo. P. Macario Yépez, permanece rodeada de gala y hermosura en su altar de la Iglesia de Santa Rosa.
A mediados del s.XIX, en Venezuela tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como patrona del estado de Lara. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, ante lo cual fueron completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias. Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, la cual fue concedida. El día 14 de enero de 1856, el entonces párroco de la Iglesia de la Concepción de Barquisimeto, el P. José Macario Yépez, convocó unas rogativas en Barquisimeto con motivo de la epidemia de cólera que azotaba a la población. Los santarroseños asistieron a la ceremonia con la Divina Pastora. El padre Yépez inició las suplicas pidiendo el fin de la epidemia y cuentan que, como acto de fe, el padre ofreció su vida a la virgen. Milagrosamente, cesó la epidemia de cólera y el padre Yépez murió ese mismo año. Fue así como la Divina Pastora se convirtió en la Virgen más venerada de los barquisimetanos.
Desde entonces, todos los 14 de enero se suspenden las actividades diarias para celebrar la fiesta en honor a la Virgen. En la plaza Macario Yépez, nombrada así en honor al sacerdote, se reúnen las autoridades civiles, militares y eclesiásticas junto a todos los feligreses mientras orquestas famosas como la Pequeña Mavare interpretan canciones del repertorio larense y allí esperan la llegada de su patrona. Los periódicos locales anuncian previamente la ruta de la Virgen hacia la Catedral de Barquisimeto. Al amanecer del día 14 las campanas indican el advenimiento de la Santa Misa mientras por las calles de Barquisimeto llega la romería desde Santa Rosa al son del ruido de petardos y fuegos artificiales, música y plegarias. La primera parada es en la plaza Macario Yépez y de allí se dirigen por la Avenida Morán hasta la de Venezuela y, al caer la tarde, la Virgen llega a la catedral. Durante tres meses aproximadamente la Virgen visita las diferentes parroquias del municipio.
En recuerdo de ese hecho, cada 14 de enero y por disposición del Padre J. M. Raldíriz, la Virgen es adornada y embellecida para ser llevada en una procesión multitudinaria y fervorosa a Barquisimeto, desde su iglesia de Santa Rosa hasta la Cruz Blanca o Cruz Salvadora, ubicada en la Plaza Macario Yépez, sitio que constituye una parada obligada en las celebraciones. Originalmente, el sitio era conocido como plaza Cruz Blanca o Cruz Salvadora porque allí se encuentra erigida la Cruz que conmemora la llegada de la Divina Pastora a Barquisimeto. Alrededor de los años cincuenta, un siglo después del cese de la peste y en el marco de la celebración de los 400 años de la fundación de Barquisimeto, se construyó esta plaza conmemorativa y se alzó una estatua de bronce del Padre Yépez, la cual se encuentra sobre un pedestal de mármol que muestra una placa conmemorativa. Posteriormente, emprende el camino de regreso a su pueblo natal, pasando por los templos e iglesias de las diferentes parroquias.
En el año 1999, pensando en el insuficiente espacio físico para albergar las ofrendas a la Divina Pastora y sus vestuarios, por iniciativa del Rvdo. P. Pablo F. González se encargó elaborar un proyecto de museo, que finalmente fue construido por el Gobernador de Lara y el Alcalde de Barquisimeto. En el año 2000 Monseñor Tulio Manuel Chirivella, Arzobispo de Barquisimeto, decidió elevar el Museo de la Divina Pastora a Archidiocesano y establecer la Fundación Museo Archidiocesano Divina Pastora, en virtud de la creación de la Comisión de Patrimonio de Bienes de la Archidiócesis, donde se custodiarían los bienes muebles que hasta entonces existían. Así se conservarían los bienes muebles de la Divina Pastora y de la Archidiócesis, siendo un museo religioso y cultural. Fue inaugurado el 12 de enero de 2004, habilitando inicialmente la primera planta y luego la segunda y quedando instaladas las seis salas de exposición. Se encuentra en una de las calles principales del centro histórico del sector Santa Rosa.
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