El Papa Francisco hace que dimita el Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta

A las 20:00 horas de ayer, la agencia Reuters dio la noticia (ver aquí) de la sorpresiva renuncia del Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, tras un encuentro que tuvo con el Papa Francisco, que fue quien le pidió que dimitiera. Con ello, me temo, las esperanzas de quienes queríamos conocer más detalles sobre el asunto se verán frustradas, ante la total falta de transparencia que ha rodeado muchas de las comisiones de investigación y dimisiones que se han producido a lo largo del actual pontificado. Aquí está la noticia tal cual, traducida por mí al español:

Por Philip Pullella | CIUDAD DEL VATICANO

El jefe de los Caballeros de Malta, que se ha visto envuelto en una amarga disputa con el Vaticano, ha dimitido, ha informado el miércoles un portavoz de la institución caballeresca y de caridad católica ubicada en Roma.

El portavoz dijo que el Gran Maestre Matthew Festing, de 67 años, ha dimitido después de que el Papa Francisco le pidiera que lo hiciera en una reunión llevada a cabo el martes. Los grandes maestres de la institución, que fue fundada en el siglo XI, por lo general mantienen su puesto de por vida.

"El Papa le pidió que renunciara y él estuvo de acuerdo", dijo el portavoz, añadiendo que el siguiente paso sería una formalidad en la que el Consejo Soberano tendría que firmar la inusual renuncia. La orden será dirigida por su número dos, o Gran Comandante, hasta que un nuevo jefe sea elegido.

Festing y el Vaticano han mantenido una amarga disputa desde que uno de los principales caballeros de la orden, el Gran Canciller Albrecht Freiherr von Boeselager, fue depuesto en diciembre en el equivalente caballeresco de un careo en la sala de juntas -presuntamente porque permitió el uso de preservativos en un Proyecto médico para los pobres-.

Von Boeselager apeló al Papa, quien nombró una comisión de cinco miembros para examinar las circunstancias inusuales del despido, pero Festing se negó a cooperar y llamó a la comisión ilegítima.

La renuncia de Festing ha sido el último giro en una batalla de voluntades entre los jefes de dos de las instituciones más antiguas del mundo.

Festing, un británico, había denunciado que la comisión papal se estaba entrometiendo en los asuntos soberanos de la orden, acusando a los miembros de tener un conflicto de intereses, y de forma desafiante creó su propia comisión interna.

El Vaticano, a su vez, rechazó que lo que se dijo fuera un intento de desacreditar a los miembros de la comisión y ordenó a los líderes de la institución cooperar con la investigación. La comisión papal debía entregar sus resultados al Papa a final de mes.

Los líderes masculinos de los Caballeros de Malta no son clérigos, pero hacen voto de pobreza, castidad y obediencia al Papa. La institución cuenta con 13.500 miembros, 25.000 empleados y 80.000 voluntarios en todo el mundo.

La orden, creada en el siglo XI para dar protección y atención humanitaria a los peregrinos que iban a Tierra Santa, tiene el estatus de entidad soberana. Mantiene relaciones diplomáticas con más de 100 estados y la Unión Europea, y la condición de observador permanente en las Naciones Unidas.

Cuando Festing despidió a von Boeselager, acusó al alemán de ocultar el hecho de que permitió el uso de condones cuando dirigía Malteser International, la agencia de ayuda humanitaria de la orden.

Von Boeselager y sus partidarios dicen que el tema del preservativo fue una excusa de Festing y el cardenal Raymond Leo Burke, un conservador que acusó al Papa de ser demasiado liberal, para aumentar su poder.

La iglesia no permite el uso de condones como medio de control de la natalidad y dice que la abstinencia y la monogamia en el matrimonio heterosexual es la mejor manera de detener la propagación del SIDA.

Von Boeselager dijo que paró dos proyectos en el Tercer Mundo cuando descubrió que se estaban distribuyendo condones, pero mantuvo un tercero en marcha por un tiempo porque cerrarlo habría terminado abruptamente con todos los servicios médicos básicos [destinados] a la gente pobre.

Francisco ha dicho que quiere que la iglesia de 1.200 millones de miembros evite las llamadas "guerras culturales" sobre las enseñanzas morales y muestre misericordia a aquellos que no pueden vivir de acuerdo con todas sus reglas, especialmente a los pobres.

(Reporte de Philip Pullella, edición de G Crosse y Cynthia Oserman)

Traducción: CATHOLICVS