Hoy se acaba de presentar el documento preparatorio de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos -aún no hemos salido del "lío" del último, y ya llega el siguiente-, así como una carta del Papa dirigida a los jóvenes por este motivo. Me voy a centrar únicamente en ésta última.
La Carta del Santo Padre Francisco a los jóvenes con ocasión de la presentación del documento preparatorio de la XV asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos, es un documento que consta de 767 palabras, entre las que no aparece ni una sola vez "Jesucristo", sólo aparece una vez "Señor", una sola vez "Espíritu Santo", una vez "Espíritu" -se supone que también el Santo, pero no especifica-, también una sola vez "María" -despojada de cualquier título, como "Nuestra Señora" o simplemente "Virgen"-, dos veces "Jesús", y ocho veces "Dios". Es decir: sólo 14 palabras aluden a Dios -incluyendo a alguna de las Personas de la Santísima Trinidad- y 1 sola a la Virgen -y sin darle este tratamiento, siquiera-.
Además, sólo se hace referencia a seis breves pasajes bíblicos: tres del Antiguo Testamento (Génesis, Éxodo y Jeremías) y tres del Nuevo Testamento (Lucas, Juan y II Corintios).
El resto del texto, es una reiteración del habitual lenguaje del Papa Francisco:
- sociedad más justa y fraterna
- periferias del mundo
- prevaricación, injusticia y guerra
- chantaje de la violencia
- opresión
- ponerse en camino
- acompañamiento de guías expertos
- itinerario de discernimiento
- precariedad y caída
- misericordia
- injusticia
- cultura del descarte
- globalización de la indiferencia
- opciones audaces
Me parece que con este arranque no se puede esperar demasiado. ¿Habrá algún consejero o asesor que se atreva a decirle al Papa que se repite demasiado y que este tipo de lenguaje -y lo que representa- no sólo no acerca, sino que aleja a la juventud -y no sólo a ella-?
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