Cuando aún no hace ni dos semanas desde que el Cardenal Burke hablara en una entrevista sobre el extraño caso de la Orden de Malta (ver aquí), de la que sigue siendo Patrón -meramente a título nominativo, como él mismo explicó-, volvemos a tener noticias sobre la misma, que, como mínimo, no dejan de ser sorprendentes, si es que aún le queda a alguien capacidad de sorpresa sobre éste y otros asuntos: Mons. Angelo Becciu, delegado papal para la Orden de Malta por deseo expreso del Papa Francisco, ha enviado una carta a Fray Matthew Festing, ex Gran Maestre, fechada el pasado 15 de abril, por la que le prohíbe acudir a la elección de su sucesor, que tendrá lugar el próximo sábado 29 de abril, e incluso viajar a Roma durante la fecha del evento.
Las palabras exactas de la carta, que aparece reproducida al comienzo de esta entrada (puede verse a mayor tamaño pulsando sobre la imagen), dicen lo siguiente: "...habiendo compartido la decisión con el Santo Padre, le pido, en mi calidad de Delegado Especial, que no esté presente en el Consejo de Estado y renuncie a su viaje a Roma para esta ocasión. Se lo pido como un acto de obediencia, en el que sin duda reconocerá este sacrificio suyo como un gesto de donación para el bien de la Orden de Malta".
Como se deduce de tales palabras, se trata de una decisión de Francisco y no de Becciu, que es quien acata órdenes del Papa y no al revés. Resulta irónico, pues, que hace menos de un mes conociéramos por el propio Festing que el Papa, que ahora parece hacer todo lo posible para impedirlo, le dijera personalmente que no le parecía mal si fuera reelegido como Gran Maestre (ver aquí)
Edward Pentin revela que algunos miembros de la Orden están convencidos de que este movimiento está diseñado para impedir que Festing tenga alguna influencia en la elección del nuevo Gran Maestre (ver aquí). Y sobre todo el asunto planea el escándalo que supuso la reincorporación de Albrecht von Boeselager -el responsable del reparto de condones por parte de la ONG de la Orden- como Gran Canciller, así como el turbio asunto de la donación de una gran suma de dinero, en la que habría un conflicto de intereses por parte de los delegados designados por el Papa para realizar la investigación del caso Boeselager. Muy feo todo el asunto, y una completa cacicada, que deja bien claro que la "soberanía" de la Orden de Malta, al igual que el puesto de Patrón de la misma que ostenta el Cardenal Burke, son meramente nominales.
Como bien dice estimado Catholicvs, la mayoría ya no nos asombramos de nada que diga o haga Francisco I. Y con respecto a la "ex" Soberana Orden de Malta constatamos lo que ya se vio desde el principio, su objetivo de humillar al buen Cardenal Burke y controlarla.
ResponderEliminarRespecto a lo dicho a Fray Matthew Festing, si fue capaz de afirmar que no recordaba las notas de pie de página de Amoris laetitia sobre la comunión de los adúlteros, que desarrolladas en instrucciones de CE apóstatas sean Alemania o Malta tanto le agradan ¿qué se puede esperar de su palabra?
Lo único que aún asombra de Francisco I es su capacidad de destrucción y como usa el poder para ello, de los que son una muestra la SOM, pero sobre todo asombra la habilidad y determinación que demuestra avanzando sin tregua para destruir la Fe Católica.
¡San Miguel ampáranos en la batalla!
Lo increíble es la poca resistencia que tiene Francisco, si la orden de Malta es soberana pues que lo demuestre, o será que dentro de la misma hay consortes de Francisco dispuestos a hacer lo que su inculta voluntad se haga.
ResponderEliminarPor otro lado podrá prohibir la entrada al Vaticano a quien se le venga en gana pero a Roma ya no es su juridiccion y menos la cede de la Orden de Malta, faltaba mas.
Para lo que le conviene usa su autoridad a la manera de Stalin. basta de mamarrachadas.
Saludos Cordiales.
Ciertamente el Papa no tiene jurisdicción en Roma; pero siempre existe la posibilidad de recurrir al chantaje espiritual: si lo pide el Papa, ¿cómo va a negarse?
EliminarPuede que esta medida se vuelva en contra de los que la han tomado al provocar una corriente de simpatía hacia Festing que lleve a su reeleccion.
ResponderEliminarQuizás tenga razón, Hermenegildo. Pero, aunque así fuera, si Festing fuese reelegido se le volvería a pedir que renunciase, en obediencia, "por el bien de la Iglesia" (lo único que se conoce públicamente ha sido la readmisión del repartidor de condones y la millonaria donación, de la que se desconoce el donante, las condiciones y los fines a los que se destinará el dinero). El Papa no le ha hecho renunciar a la fuerza para que luego le puedan volver a reelegir.
EliminarEstoy leyendo los comentarios y parece que tiene razón Sandro Magister cuando dice que esto es Alicia en el país de las maravillas o mejor de las pesadillas. El martes de Pascua fuí a una Iglesia del Opus Dei, cuyo nombre me callo, porque la tengo mucho amor y respeto y el sacerdote conferenciante con una santa obsesión no paraba de repetir: La Iglesia es Petrina, el Romano Pontífice es Francisco. Confieso que me dejó cuando menos aturdido. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.
ResponderEliminarPerdonen que agregue otro comentario, pero me pareceomplementario.
ResponderEliminarLa carta del Arzobispo Becciu es un ejercicio de hipocresía diplomática desconocida en la Santa Sede por lo menos desde hace tres siglos. Me estoy acordando en particular del Nuncio Chigi (despues Papa Alejandro VII) en la Paz de Westfalia y del Cardenal Consalvi en e Congreso de Viena. Modelo de verdadera Diplomacia. O como decía el Beato Pío I X: mi politica es la del Padrenuestro. En la Academia de Nobles Eclesiásticos donde se forman los Nuncios sienpre se ha dicho que una sola mentira arruinaría el prestigio de la Santa Sede. Por qué este repentino interés por reordenar, renovar actualizar o como quieran llamarlo, la Orden de Malta? Digan la Verdad.
Me parece que se está tergiversando esta carta. Claramente la iniciativa no es del Papa, sino del Arzobispo Becciu en contubernio con miembros del Consejo de la Orden de Malta. Dice que le comunicó esta decisión al Papa, en ningún momento afirma que el Papa le confirmó o estuvo de acuerdo con esta decisión. Por esto, Festing, le desobedeció correctamente, pues, este Arzobispo se pasó de sus prerrogativas exigiéndole obediencia escudándose detrás del nombre del Papa. Si como comentan, el Papa trató de influenciar en la elección, entiendo que lo único que logró fue que se nombrara un lugarteniente; pues, el elegido no parece ser el que favorecía el Papa...
ResponderEliminarCon Francisco estamos ante un gran misterio de iniquidad. El que lo niega no ama ni a la Iglesia, hoy traicionada, ni a Cristo su Fundador, aun mas traicionado.
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