Se van desvelando nuevos datos sobre el caso de la Orden de Malta y la extraña dimisión de su Gran Maestre por petición del Papa Francisco, en el que no faltan todos los ingredientes necesarios para crear un guión para una película de Hollywood: venganzas personales, dinero, poder, lazos familiares, el Banco Vaticano (I.O.R.), la Masonería, el asunto de los preservativos, el Papa Francisco... y, por supuesto, el Cardenal Burke.
Ayer, miércoles 25 de enero, el Papa Francisco obligó a dimitir aceptó la renuncia del Gran Maestre de la Soberana Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta, Frey Matthew Festing (ver aquí). Asimismo, la Santa Sede comunicó que un delegado papal será nombrado pronto para que le sustituya, poniendo fin de esta forma a dos meses de conflicto entre la Orden y el Vaticano.
¿Qué pasó realmente para que se produjera esta renuncia?
El Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, Frey Matthew Festing, mantuvo una reunión con el Papa Francisco anteayer, martes 24 de enero, en el curso de la cual se le ordenó fue instado a "renunciar" -según la propia declaración oficial de la Santa Sede-, renuncia que sería aceptada por el Papa Francisco ayer mismo, 25 de enero, "por el bien de la Orden y de la Iglesia".
Con este misericordioso gesto de obligarle a renunciar aceptar su renuncia -sin esperar siquiera a los resultados de la investigación que iba a llevar a cabo la comisión papal ilegal no aceptada por la propia Orden-, se pone fin a dos meses de tensiones entre la Orden y la Santa Sede, desde que el Gran Maestre destituyera, el pasado 6 de diciembre, a su "número tres": el barón alemán Albrecht von Boeselager (en la parte inferior derecha de la foto que abre esta entrada), hasta ese momento Gran Canciller de la Orden. Dos semanas más tarde, el 22 de diciembre, la Santa Sede nombró una comisión para investigar las razones de dicha destitución, motivo por el cual la Orden de Malta denunció la injerencia de la Santa Sede, recordándole que es "soberana". Por ello, la propia Orden ordenó investigar a los miembros integrantes de dicha comisión, debido a un posible "conflicto de intereses" con varios de ellos, que les desautorizaba para realizar su labor.
Ayer mismo, la Orden de Malta emitió un comunicado en el que anunciaba la convocatoria de un Consejo extraordinario para el próximo sábado 28 de enero, en el que se deberá aceptar la renuncia del Gran Maestre, según establece su legislación.
El papel del Cardenal Burke en este asunto
El pasado jueves 10 de noviembre de 2016, el Papa Francisco se reunió con S. E. R. Raymond Leo S.R.E. Card. Burke, Patrón de la Orden de Malta -legado papal ante ella- y uno de los cuatro Cardenales que presentaron las dubia sobre "Amoris laetitia" al Papa. Durante la audiencia privada, el Papa Francisco mostró su "profunda preocupación" por lo que le comunicó el Cardenal, a saber, el asunto sobre la distribución de preservativos por parte de la Orden de Malta en sus misiones humanitarias en África. La prensa ha aireado después otros casos similares que se remontan hasta los años 90 del siglo pasado -como en los campos de refugiados de Alemania-, o el caso de Birmania en 2005. La distribución de preservativos y anticonceptivos las llevó a cabo Malteser Internacional, una ONG dependiente de la Orden, por lo que la responsabilidad recaía en el que entonces era el Gran Hospitalario de la Orden: el barón Albrecht von Boeselager.
Lo más llamativo de este encuentro entre el Papa Francisco y el Cardenal Burke vino a continuación: el Papa le pidió que "limpiara" la Orden de masones. El propio Francisco envió una carta al Cardenal Burke, fechada el pasado jueves 1 de diciembre de 2016 y que nunca se ha hecho pública, en la que insistía en que era su responsabilidad, como Patrono de la Orden de Malta, acabar con cualquier vínculo entre la Orden y grupos o prácticas contrarias a la ley moral. A los cinco días, el martes 6 de diciembre, el barón Albrecht von Boeselager compareció ante el Gran Maestre y el Cardenal Burke, y como resultado de dicha reunión fue destituido.
Pero cuando las cosas pueden enredarse más, se enredan más: tras esta destitución, nada menos que el Cardenal Pietro Parolin, el Secretario de Estado, declaró que la Santa Sede nunca había pedido específicamente la destitución del Gran Canciller. ¡Ver para creer!
Hoy mismo, Edward Pentin ha revelado que el Papa Francisco obligó al Gran Maestre, durante su reunión de anteayer, a incluir en su carta de renuncia que destituyó a Boeselager "bajo la influencia" del Cardenal Raymond Leo Burke, Patrón de la Orden.
Y ahí no queda la cosa: la sorpresiva renuncia del Gran Maestre, Frey Matthew Festing, se produjo justo ayer, miércoles 25 de enero, diez días antes del nombramiento, por parte del Papa Francisco, del hermano del barón Albrecht von Boeselager como miembro del Consejo de administración del "Instituto para las Obras de Religión" (I.O.R.), también conocido como el Banco Vaticano.
¿Por qué el Gran Maestre ha presentado ahora su renuncia tras haberse resistido durante los últimos dos meses a que la Santa Sede se inmiscuyera en los asuntos internos de la Soberana Orden de Malta?
La Orden es sujeto de Derecho Internacional, siendo reconocida su soberanía funcional -ya que no tiene territorio- y su libertad de gobierno por un centenar de países, incluyendo la Santa Sede. Su gobierno se rige por una Carta Constitucional aprobada en 1961 y por un Código.
¿Por qué entonces la Santa Sede, y en concreto el Papa Francisco, ha intervenido en este asunto si reconoce la soberanía de la Orden? La clave está en la figura del Gran Maestre. Éste es elegido de entre los Caballeros profesos de la Orden, que son religiosos, y como el artículo 62 del Código de la Orden establece que "por el voto de obediencia los Caballeros y Capellanes profesos asumen el compromiso de obedecer al Santo Padre", el Gran Maestre -sea quien sea-, al ser un Caballero profeso, pese a ser independiente de la Santa Sede en lo referente al gobierno de la Orden, debe sin embargo someterse a la voluntad del Papa -sea quien sea-, que aunque no tiene potestad alguna para relevar de sus funciones al Gran Maestre, tiene la opción de exigir su renuncia, como ha sido el caso. La consecuencia de ello es evidente: por el voto de obediencia, el Gran Maestre no puede negarse a presentar su renuncia si se lo exige el Papa.
El futuro delegado papal
Según el comunicado que hizo público ayer la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco nombrará un delegado papal para asegurar el gobierno de la Orden de Malta, aunque no especifica cuáles serán sus funciones concretas y la autoridad que le asignará, lo cual podría especificarse en un próximo decreto.
En los últimos años han sido nombrados delegados papales en dos ocasiones: durante el Pontificado de S. S. Benedicto XVI, en 2010, para los Legionarios de Cristo; y ya bajo el mandato del Papa Francisco, en 2013, contra para los Franciscanos de la Inmaculada, otorgando a dichos delegados, en ambas ocasiones, plenos poderes de gobierno y obligando a someterse a su autoridad a los superiores de ambas congregaciones.
Cabe recordar que un delegado pontificio sólo responde ante el soberano Pontífice, por lo que quien sea designado para la Orden de Malta estará por encima del Cardenal Burke, actual encargado de las relaciones entre la Santa Sede y la Orden. Vamos, que le van a puentear; como si no existiera.
Los problemas entre el Papa Francisco y la Orden de Malta no vienen de ahora
Esta no es la primera vez que se produce un tira y afloja entre Francisco y esta Orden. Ya hace casi una década, en el año 2008, los responsables de la Orden de Malta en Argentina habían planeado remover de su cargo como arzobispo de Buenos Aires al entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, para que fuera sustituido por un Capellán de la Orden: S. E. Mons. Óscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana, para así intentar desbloquear las tensas relaciones que existían entonces entre Bergoglio y el gobierno de los Kirchner -Cristina Fernández de Kirchner era la presidente de Argentina en ese momento-. Finalmente, este plan fracasó, en parte debido a la S. S. Benedicto XVI. Pero muchas personas se podrán preguntar cuánto habrá de personal, hoy en día, en todo este asunto de la Orden de Malta, habida cuenta de la buena memoria de la que siempre ha gozado el Papa Francisco, según aseguran todos los que le conocen personalmente.
Miembros y actividades de la Orden de Malta en la actualidad
Para finalizar, cabe señalar que la Orden de Malta vio reducidos sus territorios a lo largo de la Historia hasta que en el año 1834 fijara su sede en Roma, donde goza de un estatuto de extraterritorialidad. A día de hoy cuenta con 13.500 miembros -no necesariamente nobles-, 25.000 profesionales sanitarios y 100.000 voluntarios, teniendo presencia en 120 países. Su actividad se centra actualmente en la asistencia humanitaria, siendo la próxima cita de la Orden la celebración, junto a otras asociaciones, del Día Mundial de la Lucha contra la Lepra, que se celebrará el próximo día 29, el último domingo de enero.
Que cada uno ate cabos. Como dice Nuestro Señor en el Evangelio, "el que tenga oídos, que oiga".