"Nada hay oculto que no deba ser manifestado, ni nada secreto que no deba ser conocido y sacado a luz" (Lc 8,17)
La semana pasada, el Cardenal Godfried Danneels, quien fuera Arzobispo Metropolitano de Malinas-Bruselas, presentó una biografía suya, que saldrá a la venta pasado mañana, 29 de septiembre, en la que reconoce la existencia de un grupo de cardenales centroeuropeos que, aún en vida de San Juan Pablo PP. II, se confabularon para controlar su sucesión e impedir que accediera al Papado el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, con el claro objetivo de "modernizar" la Iglesia y adaptarla al mundo actual, para lo cual se necesitaba dar un giro de 180 grados a la doctrina de la Iglesia en temas como el aborto o la homosexualidad, entre otros.
El propio Cardenal Danneels llama "mafia" a este Grupo de Sankt Gallen -nombre derivado de la abadía suiza donde se reunían-, que incluía (en la imagen que abre esta entrada, de arriba a abajo y de izquierda a derecha): al ya fallecido Cardenal Carlo Maria Martini (Arzobispo de Milán), al Cardenal Achille Silvestrini (Prefecto emérito de la Congregación para las Iglesias Orientales), a los impresentables -pues no necesitan presentación- cardenales alemanes Walter Kasper y Karl Lehmann, al también fallecido Cardenal Basil Hume (Arzobispo de Westminster) y a Adriaan Van Luyn (Obispo emérito de Rotterdam).
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El Cardenal Godfried Danneels (segundo por la derecha), el día de la elección del Papa Francisco. |
En el libro también se desvela que, en mayo de 2003, el Cardenal Danneels escribió una carta al Primer Ministro belga, Guy Verhofstad, felicitándole por haber introducido en el país el "matrimonio" homosexual, acabando así con la discriminación para las parejas formadas por personas del mismo sexo. Asimismo, el pasado mes de abril de 2015, coincidiendo con el XXV aniversario de la aprobación de la ley del aborto en Bélgica, los políticos Philippe Moureau -socialista valón- y Mark Eyskens -democristiano flamenco-, revelaron que el Cardenal Danneels pidió al católico Rey de los Belgas, Balduino, que firmase la promulgación de dicha ley -a lo cual el Rey se negó-. Al preguntar al Cardenal Danneels sobre la veracidad de este hecho, se ha limitado a contestar: "sin comentarios".
79. Confirmando también las prescripciones de mis Predecesores, prohíbo a quien sea, aunque tenga la dignidad de Cardenal, mientras viva el Pontífice, y sin haberlo consultado, hacer pactos sobre la elección de su Sucesor, prometer votos o tomar decisiones a este respecto en reuniones privadas.
81. Los Cardenales electores se abstendrán, además, de toda forma de pactos, acuerdos, promesas u otros compromisos de cualquier género, que los puedan obligar a dar o negar el voto a uno o a algunos. Si esto sucediera en realidad, incluso bajo juramento, decreto que tal compromiso sea nulo e inválido y que nadie esté obligado a observarlo; y desde ahora impongo la excomunión latae sententiae a los transgresores de esta prohibición. Sin embargo, no pretendo prohibir que durante la Sede vacante pueda haber intercambios de ideas sobre la elección.
Los componentes de este grupo no pueden aducir que en este caso se trataba de un intercambio de ideas sobre la elección durante la Sede vacante, pues según la propia confesión pública del Cardenal Danneels, uno de los implicados, estas reuniones conspiratorias ya se venían produciendo en vida de San Juan Pablo PP. II, y continuaron durante el Pontificado de S. S. Benedicto PP. XVI.
Para quienes crean que todo lo dicho hasta aquí no son sino simples chismes, pueden ver y escuchar al propio Cardenal Danneels, jactándose de ello públicamente, en este vídeo.
Tanto el Cardenal Danneels, como el Cardenal Kasper, formarán parte en breve del Sínodo de la Familia, en cuya agenda se encuentra la discusión de temas como dar la Sagrada Comunión a los adúlteros, o el reconocimiento de las uniones homosexuales. Que cada uno extraiga de lo dicho sus propias conclusiones.