Deja el PSOE tras hacerse católica

Ayer tarde informaba Europa Press de que la senadora socialista por Barcelona, Mercedes Aroz, a quien en esta foto vemos vestida de verde, precisamente en el día en que se ha publicado la nueva encíclica de SS. Benedicto XVI sobre la Esperanza (representada tradicionalmente por este color), se ha convertido al catolicismo y ha hecho público que deja la política por coherencia, debido a las leyes aprobadas por el gobierno que "chocan con la ética cristiana".

La noticia, recogida entre otros medios por Aciprensa, puede leerse completa aquí.

Es un buen ejemplo para todos aquellos que se expresan y actúan en su vida, sobre todo si ésta es pública, de forma incoherente -cuando no contraria- con su fe, y sirve como tirón de orejas a todos aquellos que afirman o creen -o se autoengañan y tratan de engañar a otros- que ciertas ideologías políticas, anticristianas en su propia esencia, pueden compatibilizarse con la fe católica, la cuál determina todos los aspectos de la existencia de cada persona, tanto en su vertiente privada como pública.

La propia senadora comunica su retirada de la política por discrepancias con la dirección del PSOE tras la aprobación de leyes como el matrimonio homosexual o la investigación con embriones, que "chocan frontalmente con la ética cristiana".

En la misma declaración hizo pública su "conversión", tras varias décadas de ideología marxista, que a lo largo de un proceso de transformación personal de varios años ha culminado en su "plena integración como miembro de la Iglesia Católica". Según sus propias palabras, el motivo de hacer pública su conversión se debe a su deseo de subrayar "la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia. A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida".

También ha aprovechado para expresar que "la libertad religiosa reclama el respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, frente a un intento de imponer el laicismo" por parte del Estado, a la vez que reclama a éste que ponga las bases para facilitar "la educación religiosa en la escuela".

Es una buenísima noticia, no sólo por el hecho de una nueva conversión, sino por la confesión pública y el ejemplo que dará. Espero que sirva para despertar algunas conciencias -dormidas o engañadas-, así como que sirva de ejemplo de valentía a muchos católicos "de toda la vida", para dar testimonio público de su fe y de las consecuencias que se derivan de ello.