El Viernes de Dolores celebramos por primera vez esta fiesta, consagrada más directamente a los que la celestial Señora pasó al pie de la Cruz. Pío VII instituyó esta segunda fiesta para honrar en general los siete Dolores de María.
OREMVS
DEVS IN CVIVS PASSIONE SECVNDVM SIMEONIS PROPHETIAM DVLCISSIMAM ANIMAM GLORIOSAE VIRGINIS ET MATRIS MARIAE DOLORIS GLADIVS PERTRANSIVIT CONCEDE PROPITIVS VT QVI DOLORES EIVS VENERANDO RECOLIMVS PASSIONIS TVAE EFFECTVM FELICEM CONSEQVAMVR QVI VIVIS ET REGNAS... AMEN
Oremos
¡Oh Dios!, en cuya Pasión, según la profecía de Simeón, el alma dulcísima de la gloriosa Virgen María fue transpasada con una espada de dolor: concédenos propicio, que cuantos celebramos con veneración sus dolores, consigamos el efecto feliz de tu Pasión: Que vives u reinas... Amén.
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