Con motivo del aniversario de la Universidad estatal de Roma, La Sapienza, el Rector Magno de la misma había invitado a SS. Benedicto XVI a pronunciar un discurso ayer jueves 17 de enero. Como todo el mundo sabe, la Santa Sede decidió suspender la visita del Santo Padre, tras los incidentes protagonizados por una minoría de profesores y alumnos como protesta a dicha visita (60 profesores, de un total de 4.500 docentes con que cuenta esa Universidad), que "tomaron" el rectorado y amenazaron con una ruidosa manifestación mientras se pronunciase el discurso del Papa, a quien acusan (y de paso a toda la Iglesia Católica) de "intolerancia religiosa", en un ejercicio de manipulación de la realidad rayano en lo cómico: tachan a SS. Benedicto XVI de "oscurantista", tras achacarle una frase sobre el "caso Galileo" (citada en un discurso pronunciado cuando era Cardenal en 1990), que en realidad era del filósofo austríaco Feyerabend. No deja de ser curioso que los laicistas acusen al Papa de "intolerancia religiosa" u "oscurantismo" precisamente atribuyéndole la frase de un filósofo ateo.
No por ello se le ha infligido una humillación al Santo Padre (como hubiera deseado ese grupúsculo totalitario), sino que la que resulta humillada por todo ello es la propia Universidad, poniendo a las claras que el suceso es una muestra más del laicismo pseudocultural que pretende dominar no sólo el ámbito universitario europeo, sino también el de la política y la sociedad, y que además supone la negación misma de la esencia del verdadero saber, de la auténtica cultura, y en este caso del método universitario.
Lo espresa muy bien el blog Santa María Reina en la entrada que alude a esta noticia:
"Lo sucedido en la Sapienza, como en otras Universidades europeas, no es otra cosa que la manifestación violenta de una ideología que pretende, no con las armas de la discusión y de la confrontación intelectual, propias de la verdadera cultura, imponer burdamente el pensamiento único y monocolor. Y como es habitual en toda esta ralea, lo hacen en nombre de la libertad y de la tolerancia. Una vez más se hace patente que no hay nadie más sectario que estos que presumen de liberales. Nada pierde el Papa y nada pierde la Iglesia. Quien verdaderamente pierde por retroceso es la cultura, la Universitas. La gran perdedora es en este caso la propia Sapienza. ¡AVANTI, SANTO PADRE!"
El Director de L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, también ha salido en defensa de SS. Benedicto XVI, en un artículo en el que afirma que las presiones que han llevado a la cancelación del discurso del Papa son consecuencia del "miedo a la verdad" existente en ciertos ambientes académicos.
"La oleada de críticas decrecerá, naturalmente, pero permanece el hecho grave de que el Papa ha debido renunciar a ir a la primera universidad de Roma, la ciudad de la que es Obispo, al ateneo más grande del país del cual es Primado" [...] "¿Por qué se ha llegado a tanto? La respuesta es simple: a causa de la intolerancia, radicalmente antidemocrática, de pocos, más aún, de poquísimos".
Para Vian, la culpa no la tienen sólo quienes han provocado directamente este incidente, sino también quienes, con su silencio e inacción, han permitido que este grupo reducido finalmente monopolizara el escenario cultural.
"La intención de Benedicto XVI era evidente: demostrar su interés y simpatía hacia la vasta comunidad académica italiana", y expresar su propia opinión sobre su papel "con una claridad razonable y deseosa de diálogo que él acompaña con una serenidad fuera de lo común".
Vian ha recordado que tanto SS. Pablo VI (ex alumno de la Sapienza y luego capellán de la misma), como SS. Juan Pablo II, visitaron la casa de estudios como parte de su ministerio pastoral.
"En continuidad con sus predecesores, Benedicto XVI habría querido regresar a un lugar donde ya había estado como Cardenal el 15 de febrero de 1990 para sostener la necesidad de una dialéctica positiva ente fe y razón, pero debió renunciar".
Tras recordar una cita del Apocalipsis en la que el Señor toca la puerta de los corazones sin cesar, Vian ha añadido que SS. Benedicto XVI también "toca sin cansarse a la puerta de cada ser humano, confiando que no querrá cerrarse a la fe, al encuentro con Cristo". "¿Existe de verdad alguien que honestamente pueda considerar esta postura como oscurantista, prevaricadora, enemiga de la ciencia? ¿Quién puede verdaderamente temer a este hombre calmado y razonable, a este pastor que apenas fue elegido a la sede de Roma declaró que ha asumido su ministerio con la conciencia de saber que no estaba solo?", "Y el Papa no está solo: toda la Iglesia reza hoy por él, como oraba por Pedro en Jerusalén, y son también muchísimos los no católicos y no cristianos que le son solidarios. Sin temor a enfrentarse con la verdad".
Salta a la vista la actitud razonable y de diálogo de la Iglesia Católica y sus fieles, frente al laicismo intolerante y excluyente que, de forma manipuladora y en connivencia con ciertos medios de comunicación (que sirven de altavoz de esa ideología totalitaria), trata de imponer una minoría. Y esto está ocurriendo en pleno siglo XXI, como si no hubiéramos aprendido la lección tras un siglo que vio nacer a los totalitarismos que, entre otras cosas, acabaron con la vida de cientos de millones de personas: el Nazismo, y fundamentalmente el Socialismo/Comunismo.
No por ello se le ha infligido una humillación al Santo Padre (como hubiera deseado ese grupúsculo totalitario), sino que la que resulta humillada por todo ello es la propia Universidad, poniendo a las claras que el suceso es una muestra más del laicismo pseudocultural que pretende dominar no sólo el ámbito universitario europeo, sino también el de la política y la sociedad, y que además supone la negación misma de la esencia del verdadero saber, de la auténtica cultura, y en este caso del método universitario.
Lo espresa muy bien el blog Santa María Reina en la entrada que alude a esta noticia:
"Lo sucedido en la Sapienza, como en otras Universidades europeas, no es otra cosa que la manifestación violenta de una ideología que pretende, no con las armas de la discusión y de la confrontación intelectual, propias de la verdadera cultura, imponer burdamente el pensamiento único y monocolor. Y como es habitual en toda esta ralea, lo hacen en nombre de la libertad y de la tolerancia. Una vez más se hace patente que no hay nadie más sectario que estos que presumen de liberales. Nada pierde el Papa y nada pierde la Iglesia. Quien verdaderamente pierde por retroceso es la cultura, la Universitas. La gran perdedora es en este caso la propia Sapienza. ¡AVANTI, SANTO PADRE!"
El Director de L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, también ha salido en defensa de SS. Benedicto XVI, en un artículo en el que afirma que las presiones que han llevado a la cancelación del discurso del Papa son consecuencia del "miedo a la verdad" existente en ciertos ambientes académicos.
"La oleada de críticas decrecerá, naturalmente, pero permanece el hecho grave de que el Papa ha debido renunciar a ir a la primera universidad de Roma, la ciudad de la que es Obispo, al ateneo más grande del país del cual es Primado" [...] "¿Por qué se ha llegado a tanto? La respuesta es simple: a causa de la intolerancia, radicalmente antidemocrática, de pocos, más aún, de poquísimos".
Para Vian, la culpa no la tienen sólo quienes han provocado directamente este incidente, sino también quienes, con su silencio e inacción, han permitido que este grupo reducido finalmente monopolizara el escenario cultural.
"La intención de Benedicto XVI era evidente: demostrar su interés y simpatía hacia la vasta comunidad académica italiana", y expresar su propia opinión sobre su papel "con una claridad razonable y deseosa de diálogo que él acompaña con una serenidad fuera de lo común".
Vian ha recordado que tanto SS. Pablo VI (ex alumno de la Sapienza y luego capellán de la misma), como SS. Juan Pablo II, visitaron la casa de estudios como parte de su ministerio pastoral.
"En continuidad con sus predecesores, Benedicto XVI habría querido regresar a un lugar donde ya había estado como Cardenal el 15 de febrero de 1990 para sostener la necesidad de una dialéctica positiva ente fe y razón, pero debió renunciar".
Tras recordar una cita del Apocalipsis en la que el Señor toca la puerta de los corazones sin cesar, Vian ha añadido que SS. Benedicto XVI también "toca sin cansarse a la puerta de cada ser humano, confiando que no querrá cerrarse a la fe, al encuentro con Cristo". "¿Existe de verdad alguien que honestamente pueda considerar esta postura como oscurantista, prevaricadora, enemiga de la ciencia? ¿Quién puede verdaderamente temer a este hombre calmado y razonable, a este pastor que apenas fue elegido a la sede de Roma declaró que ha asumido su ministerio con la conciencia de saber que no estaba solo?", "Y el Papa no está solo: toda la Iglesia reza hoy por él, como oraba por Pedro en Jerusalén, y son también muchísimos los no católicos y no cristianos que le son solidarios. Sin temor a enfrentarse con la verdad".
Salta a la vista la actitud razonable y de diálogo de la Iglesia Católica y sus fieles, frente al laicismo intolerante y excluyente que, de forma manipuladora y en connivencia con ciertos medios de comunicación (que sirven de altavoz de esa ideología totalitaria), trata de imponer una minoría. Y esto está ocurriendo en pleno siglo XXI, como si no hubiéramos aprendido la lección tras un siglo que vio nacer a los totalitarismos que, entre otras cosas, acabaron con la vida de cientos de millones de personas: el Nazismo, y fundamentalmente el Socialismo/Comunismo.
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