domingo, 2 de julio de 2017

El nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe nombrado por Francisco, contrario a dar la absolución y la Comunión a los adúlteros

Tras la destitución no renovación en su cargo de S. E. R. Gerhard Ludwig S.R.E. Card. Müller, que lo venía ejerciendo desde su nombramiento por S. S. Benedicto PP. XVI en julio de 2012, el nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) nombrado por Francisco es el arzobispo jesuita Luis Ladaria, S.I. (en la imagen que abre esta entrada), que hasta ahora era secretario de dicha Congregación. Pues bien, en su calidad como tal, hace tres años ya respondió, tras acabar el Sínodo extraordinario de la Familia -y antes de la publicación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia-, a una "dubia" realizada por un sacerdote a la CDF sobre la posibilidad de absolver en el sacramento de la Confesión y dar la Comunión a los adúlteros.

La pregunta y su respuesta, fechada el 22 de octubre de 2014 y firmada por el hoy nuevo Prefecto de la CDF -entonces sólo secretario de la misma-, la dio a conocer el 12 de noviembre de 2014 el P. Claude Barthe en L'Homme Nouveau (ver aquí). Esta es la traducción íntegra al español del original en francés (la negrita es mía):

¿Puede un confesor dar la absolución a un penitente que, habiéndose casado religiosamente, ha contraído una segunda unión después de divorciarse?

No se puede excluir a priori a los fieles divorciados vueltos a casar de un proceso penitencial que desembocase en la reconciliación sacramental con Dios y por tanto también en la comunión eucarística. El Papa Juan Pablo II, en la exhortación apostólica Familiaris Consortio (n. 84), ha tenido en cuenta esa posibilidad, precisando las condiciones: "La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, 'asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos' (Juan Pablo II, Homilía para la clausura del V Sínodo de Obispos)" (cf. también Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis, n. 29).

El proceso penitencial a seguir debería tener en cuenta los elementos siguientes:

1. Verificar la validez del matrimonio religioso con respeto a la verdad, evitando dar la impresión de una forma de "divorcio católico".

2. Eventualmente, ver si las personas, con la ayuda de la gracia, pueden separarse de su nueva pareja y reconciliarse con aquellas de las que se separaron.

3. Invitar a las personas divorciadas vueltas a casar que, por serios motivos (por ejemplo, los hijos) no pueden separarse de su pareja, a vivir como "hermano y hermana".

En todo caso, la absolución sólo puede concederse a condición de estar seguro de una auténtica contrición, esto es, "un dolor del alma y detestación del pecado cometido, con propósito de no pecar en adelante" (Concilio de Trento, Doctrina sobre el sacramento de la penitencia, cap. 4, Denz. 897). En esta línea, no se puede absolver válidamente a un divorciado vuelto a casar que no adopta la firme resolución de "no pecar en adelante" y por tanto de abstenerse de los actos propios de pareja, haciendo en este sentido todo lo que esté en su mano".

Fdo.: Luis F. Ladaria, S.I., arzobispo titular de Thibica, secretario.

3 comentarios :

  1. Ahora toca esperar que sea coherente con la Doctrina Católica. El Arzobispo Ladaria es un hombre de grande cultura Teológica que ha editado en la BAC dos preciosísimos textos patrísticos: el De Trinitate de San Hilario de Poitiers y el Comentario al Evangelio de San Mateo del mismo Santo Doctor y Padre de la Iglesia.
    Sin embargo, como señaló en su día el Padre Iraburu, muy buen teólogo también y autor asimismo de la BAC, en el Manual de "Teologia del pecado original y de la Gracia" (Sapientia Fidei BAC) ha vertido opiniones erróneas sobre la transmisión del pecado original.
    Videbimus. Veremos en que para todo esto. Sobre todo después de la fulminante despedida del Eminentísimo Gerardo Ludovico Müller, que en estos cinco años ha mantenido una postura muy digna y correcta. A Su Eminencia le deseo toda clase de bendiciones y la eterna recompensa. Al nuevo Prefecto le aguardan muchas dificultades. Le deseo acierto porque lo tiene dificilísimo frente al vengativo y desvergonzado Pontífice que a nada ni a nadie respeta.

    ResponderEliminar
  2. Esperemos que Ladaria mantenga la misma postura sobre la comunión de los divorciados. Según Religión Digital, hace unos años afirmó: "Tengo que decir que no me gustan los extremos, ni progresismo ni tradicionalismo".

    http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2017/07/02/luis-ladaria-sj-no-me-gustan-los-extremos-religion-vaticano-doctrina-fe.shtml

    ResponderEliminar
  3. Si Ladaria tiene opiniones erroneas sobre la transmisiòn del pecado original quisieramos esperar que las supere para el bien de la Iglesia.Se encuentra en un barril de pòlvora teniendo un superior o Papa plenamente voluntarista y enemigo de Santo Tomàs de Aquino.

    ResponderEliminar