El primer domingo después de Pentecostés, o lo que es lo mismo, el octavo domingo después de Pascua, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Nada mejor para expresar la importancia de esta fiesta que transcribir la primera parte -la parte trinitaria- del Credo Atanasiano, también conocido como Símbolo Quicumque por su comienzo en latín:
Credo Atanasiano o Símbolo Quicumque
QVICVMQVE VVLT SALVVS ESSE ANTE OMNIA OPVS EST VT TENEAT CATHOLICAM FIDEM QVAM NISI QVISQVE INTEGRAM INVIOLATAMQVE SERVAVERIT ABSQVE DVBIO IN AETERNVM PERIBIT FIDES AVTEM CATHOLICA HAEC EST VT VNVM DEVM IN TRINITATE ET TRINITATEM IN VNITATE VENEREMVR NEQVE CONFVNDENTES PERSONAS NEQVE SVBSTANTIAM SEPARANTES ALIA EST ENIM PERSONA PATRIS ALIA FILII ALIA SPIRITVS SANCTI SED PATRIS ET FILII ET SPIRITVS SANCTI VNA EST DIVINITAS AEQVALIS GLORIA COETERNA MAIESTAS QVALIS PATER TALIS FILIVS TALIS [ET] SPIRITVS SANCTVS INCREATVS PATER INCREATVS FILIVS INCREATVS [ET] SPIRITVS SANCTVS IMMENSVS PATER IMMENSVS FILIVS IMMENSVS [ET] SPIRITVS SANCTVS AETERNVS PATER AETERNVS FILIVS AETERNVS [ET] SPIRITVS SANCTVS ET TAMEN NON TRES AETERNI SED VNVS AETERNVS SICVT NON TRES INCREATI NEC TRES IMMENSI SED VNVS INCREATVS ET VNVS IMMENSVS SIMILITER OMNIPOTENS PATER OMNIPOTENS FILIVS OMNIPOTENS [ET] SPIRITVS SANCTVS ET TAMEN NON TRES OMNIPOTENTES SED VNVS OMNIPOTENS ITA DEVS PATER DEVS FILIVS DEVS [ET] SPIRITVS SANCTVS ET TAMEN NON TRES DII SED VNVS EST DEVS ITA DOMINVS PATER DOMINVS FILIVS DOMINVS [ET] SPIRITVS SANCTVS ET TAMEN NON TRES DOMINI SED VNVS [EST] DOMINVS QVIA SICVT SINGILLATIM VNAMQVAMQVE PERSONAM DEVM AC DOMINVM CONFITERI CHRISTIANA VERITATE COMPELLIMVR ITA TRES DEOS AVT [TRES] DOMINOS DICERE CATHOLICA RELIGIONE PROHIBEMVR PATER A NVLLO EST FACTVS NEC CREATVS NEC GENITVS FILIVS A PATRE SOLO EST NON FACTVS NEC CREATVS SED GENITVS SPIRITVS SANCTVS A PATRE ET FILIO NON FACTVS NEC CREATVS NEC GENITVS SED PROCEDENS VNVS ERGO PATER NON TRES PATRES VNVS FILIVS NON TRES FILII VNVS SPIRITVS SANCTVS NON TRES SPIRITVS SANCTI ET IN HAC TRINITATE NIHIL PRIVS AVT POSTERIVS NIHIL MAIVS AVT MINVS SED TOTAE TRES PERSONAE COAETERNAE SIBI SVNT ET COAEQVALES ITA VT PER OMNIA SICVT IAM SVPRA DICTVM EST ET VNITAS IN TRINITATE ET TRINITAS IN VNITATE VENERANDA SIT QVI VVLT ERGO SALVVS ESSE ITA DE TRINITATE SENTIAT.
Quienquiera desee salvarse debe, ante todo, guardar la Fe Católica: quien no la observare íntegra e inviolada, sin duda perecerá eternamente. Esta es la Fe Católica: que veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en unidad. Ni confundimos las personas, ni separamos las substancias. Porque otra es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo: Pero la divinidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo es una, es igual su gloria, es coeterna su majestad. Como el Padre, tal el Hijo, tal el Espíritu Santo. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres eternos, sino uno eterno. Como no son tres increados ni tres inmensos, sino uno increado y uno inmenso. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino uno omnipotente. Como es Dios el Padre, es Dios el Hijo, es Dios el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres dioses, sino un Dios. Como es Señor el Padre, es Señor el Hijo, es Señor el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no tres señores sino un Señor. Porque, así como la verdad cristiana nos compele a confesar que cualquiera de las personas es, singularmente, Dios y Señor, así la religión católica nos prohíbe decir que son tres Dioses o Señores. Al Padre nadie lo hizo: ni lo creó, ni lo engendró. El Hijo es sólo del Padre: no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo: no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente de ellos. Por tanto, un Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos, un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nada es primero o posterior, nada mayor o menor: sino todas las tres personas son coeternas y coiguales las unas para con las otras. Así, para que la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad sea venerada por todo, como se dijo antes. Quien quiere salvarse, por tanto, así debe sentir de la Trinidad.
En esta Profesión de Fe antiquísima, y que antes de la Reforma Litúrgica se rezaba todos los Domingos y -esta es una anécdota que guardo como gratísimo recuerdo de años mejores- gustaba repetir a menudo el Santo Papa Juan Pablo II, en este Simbolo de Fe del siglo IV rezamos: Quien quiera salvarse debe ante todo guardar la Fe Catolica. Teneat Catholicam Fidem. Es de una actualidad tremenda. Ahora que se niega la verdadera Fe para volverse a la Herejía y de un modo como diría San Pío X tan artero que engañan al más incauto.
ResponderEliminarQuiero contribuir a esta Santa Festividad, tan querida de Santo Tomás de Canterbury, con la traducción rimada del Himno de Vísperas del antiguo Breviario -Iam Sol recedit igneus, atribuido a San Ambrosio- y que propagaba el Beato Diego José de Cádiz en el canto del Trisagio:
Ya el Sol ardiente se aparta
y Tú, Luz perenne Unida
en nuestros pechos infunde
Amor, Trinidad Divina
En la Aurora te alabamos
e igual al caer el día
y pedimos que te hagamos
en el Cielo compañía
Al Padre, al Hijo
y a Ti, oh Espíritu de Vida
ahora y siempre se tributen
alabanzas infinitas. Amen
Muchas gracias apreciados Catholicvs y Anónimo, por tan grandes y preciosas informaciones, que desconocía, y que efectivamente son de gran actualidad para rezar en el momento presente.
ResponderEliminarQue el Señor les bendiga.