Ayer se celebró la festividad de la Sagrada Familia por el calendario litúrgico tradicional. Esta fiesta se celebra el Domingo infraoctava de la Epifanía. En tal día se abre a nuestros ojos la humilde casita de Nazaret, donde Jesús, María y José santifican la vida de familia con inefables virtudes, para que los imitemos en nuestra vida doméstica, y así logremos vivir eternamente en su compañía (Col.). Como riquísima vestidura, San Pablo nos recomienda, para afianzar la felicidad del hogar, las principales virtudes, que son: la afabilidad y bondad con que nos sufrimos unos a otros, perdonándonos nuestras ofensas; la paz de Cristo; el amor sobrenatural y el conocimiento y la práctica de la Religión (Epist.). Jesús Niño aparece en el templo en medio de los Doctores estupefactos: oímos su protesta de que ha venido a la tierra a promover la gloria de su Eterno Padre. Luego vuelve a continuar en Nazaret su vida de oscuridad y obediencia. María guarda en su corazón estas acciones y palabras, para extraer de ellas dulcísimo néctar de contemplación y de amor (Evang.).
OREMVS
DOMINE IESV CHRISTE QVI MARIAE ET IOSEPH SVBDITVS DOMESTICAM VITAM INEFFABILIBVS VIRTVTIBVS CONSECRASTI FAC NOS VTRIVSQVE AVXILIO FAMILIAE SANCTAE TVAE EXEMPLIS INSTRVI ET CONSORTIVM CONSEQVI SEMPITERNVM QVI VIVIS... AMEN
Oremos
Señor Jesucristo, que obediente a María y José, consagraste la vida doméstica con inefables virtudes: haz que con el auxilio de entrambos, aprendamos los ejemplos de tu sagrada Familia, y alcancemos su eterna compañía. Tú que vives y reinas... Amén.
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