Hoy a mediodía, en representación del Papa Benedicto XVI, Angelo S.R.E. Card. Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, ha beatificado en la catedral de la Almudena de Madrid a 23 mártires de la Persecución Religiosa que se produjo en España entre 1931 y 1939, durante la II República. En concreto, los llamados Mártires Oblatos de Pozuelo fueron asesinados por los Rojos en 1936. Son 22 Oblatos de María Inmaculada y un laico. El P. Joaquín Martínez, Postulador General de esta Congregación, explicó a Radio Vaticano el pasado viernes que estos mártires fueron asesinados por Odium Fidei (odio a la fe) y murieron perdonando a sus verdugos. Su beatificación, además, coincide con los 150 años de la muerte del fundador de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), San Eugenio de Mazenod -a la que pertenecen los futuros nuevos beatos-, y los 200 años de su ordenación sacerdotal.
La Santa Misa ha sido concelebrada por Antonio María S.R.E. Card. Rouco Varela, Cardenal Arzobispo de Madrid; Antonio S.R.E. Card. Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; y el Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Renzo Fratini.
Además, también han concelebrado los arzobispos de Toledo, Valladolid y Pamplona: Mons. Braulio Rodríguez, Mons. Ricardo Blázquez, y Mons. Francisco Pérez (respectivamente), al igual que los obispos de León, Mons. Julián López; de Cádiz, Mons. Rafael Zornoza; de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar; de Astorga, Mons. Camilo Lorenzo; de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá; y de Málaga, Mons. Jesús E. Catalá; y los obispos auxiliares de Madrid, Mons. Fidel Herráez, Mons. César Franco y Mons. Juan Antonio Martínez Camino.
En total, la ceremonia ha contado con cuatro Cardenales, con el Nuncio del Papa en España, con tres Arzobispos, y con nueve Obispos -tres de ellos obispos auxiliares-.
Los nuevos beatos son 22 religiosos oblatos y un seglar padre de familia que se habían establecido en el barrio de la Estación de Pozuelo de Alarcón (localidad cercana a Madrid) en 1929 y ejercían su ministerio como capellanes en tres comunidades de religiosas, a la vez que colaboraban en las parroquias cercanas.
Los sacerdotes beatificados son: Francisco Esteban Lacal, Vicente Blanco Guadilla, José Vega Riaño, Juan Antonio Pérez Mayo, Gregorio Escobar García, Juan José Caballero Rodríguez, Justo Gil Pardo, Manuel Gutiérrez Martín, Cecilio Vega Domínguez, Publio Rodríguez Moslares, Francisco Polvorinos Gómez, Juan Pedro Cotillo Fernández, José Guerra Andrés, Justo González Llorente, Serviliano Riaño Herrero, Pascual Aláez Medina, Daniel Gómez Lucas, Clemente Rodríguez Tejerina, Justo Fernández González, Ángel Francisco Bocos Hernando, Eleuterio Prado Villarroel y Marcelino Sánchez Fernández.
A ellos se unió el seglar y padre de familia D. Cándido Castán San José, vecino del pueblo de Pozuelo, que fue detenido en su casa y llevado al convento para ser ejecutado "por su vivencia no disimulada de la fe católica".
Por último, un poco de Memoria Histórica: la responsabilidad directa de los asesinatos de estos mártires, ahora ya beatos, que se cometieron en Paracuellos de Jarama y la Casa de Campo de Madrid, siempre ha sido atribuida al dirigente comunista Santiago Carrillo -que entonces era Delegado de Orden Público del gobierno de la República-, que sigue vivo (tiene 97 años) y jamás ha sido juzgado ni por estos, ni por los varios miles de asesinatos más de los que se le responsabiliza directamente. Bajo estas líneas está un vídeo de 7 minutos con una pequeña semblanza de cada uno de ellos:
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