Pese a que la Conferencia Episcopal Española (CEE) jamás ha comentado oficialmente una nota o declaración de la banda terrorista ETA y a que tampoco lo haya hecho ahora, Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la CEE, tras concluir la CCXXI reunión de la Comisión Permanente ha recordado que "ETA nunca puede ser reconocida como interlocutor político legítimo", a la vez que afirma que "los obispos están con las víctimas y que precisamente ese apoyo es hoy muy necesario".
Por su parte, Monseñor Iceta, obispo de Bilbao, entre otras cosas ha señalado que "el camino de la verdadera reconciliación va mucho más allá del cese de toda violencia" y que "la paz es fruto de la verdad y de la justicia, de la capacidad de reconocer y reparar el mal causado, de la humildad y el coraje de pedir perdón, y de la magnanimidad y anchura de corazón para otorgarlo y acogerlo".
Lástima que eso todavía no se haya producido: ETA no ha anunciado su disolución, ni ha entregado las armas, ni tampoco ha pedido perdón a las víctimas y reparado el mal causado. Ni lo ha hecho, ni parece que tenga intención de hacerlo.
Además, no es la primera vez que ETA comunica el cese "definitivo" de su actividad armada: anunció lo mismo el 16 de septiembre de 1998, con una "tregua unilateral e indefinida", a cuya continuidad subordinó "los acontecimientos y pasos que desde este momento se den". Exactamente lo mismo que afirma en el comunicado de ayer. De todos es sabido que ETA no cumplió su cese "definitivo" de la actividad armada en 1998 y siguió asesinando.
Por lo tanto, el comunicado de ayer en lo único que queda es en un acto propagandístico a un mes de las Elecciones Generales, a las que Bildu-ETA -esta vez empleando el nuevo nombre "Amaiur", con el que concurrirá en coalición con otras formaciones de la izquierda independentista vasca- se presenta como candidato tras haberles concedido la legalización el Tribunal Constitucional, formado por una mayoría de jueces nombrados directamente por el Partido Socialista (PSOE) -que ha estado negociando con ETA durante los últimos años-, a pesar de que tanto la Policía como la sentencia firme del Tribunal Supremo estableció que "Bildu" es ETA.
No es de sorprender que los terroristas diesen su comunicado mientras permanecían encapuchados y puño en alto, o que escenificasen la hoja de ruta trazada previamente entre el gobierno y ETA: todo ha salido según el guión previsto, leyendo al pie de la letra las conclusiones de la mal llamada "Conferencia de Paz", celebrada en San Sebastián el pasado lunes 17 de octubre para legitimar el terrorismo vasco y convertirlo en un "conflicto político", y a la cual una delegación internacional formada por varias figuras internacionales -que no improvisan sus agendas, ni habrían venido sin la aprobación del gobierno-, encabezada por el ex Secretario General de la ONU y Nobel de la Paz en 2001, Kofi Annan, asistió para decirnos qué y cómo tenemos que hacer las cosas los españoles.
¿Quién va a salir beneficiado de todo esto? Evidentemente Bildu-ETA, que se hace propaganda de cara a las próximas Elecciones Generales del 20 de noviembre; pero también el Partido Socialista, con el candidato presidencial del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba -anterior ministro del Interior durante el gobierno socialista- y su presidente José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza, que recibe el premio concedido por ETA por facilitar su entrada en las instituciones democráticas, saltándose a la torera el Estado de Derecho y la independencia judicial.
De esta forma, Zapatero pretende ponerse la medalla de ser "el presidente que acabó con ETA" -y si le dan el premio Nobel de la Paz, mejor-, pese a haber sido el peor presidente de la democracia y el más letal para la sociedad con la imposición de su "política social": ley del aborto -que conculca el derecho a la vida y considera a éste como "derecho" por primera vez, a la vez que permite abortar a menores sin avisar ni recibir el consentimiento de sus padres-; otras leyes inmorales que atentan contra la vida -dispensación sin receta médica de la píldora abortiva, fecundación asistida sin limitaciones y clonación prácticamente sin ellas-; ley de divorcio "exprés" -que restaura el repudio-; ley del mal llamado "matrimonio homosexual" -que elimina de la figura jurídica del matrimonio del Código Civil para equiparar éste con las uniones homosexuales, y que además permite la adopción por parejas homosexuales, con la consiguiente conculcación del derecho de los niños a tener un padre y una madre, o a que el Estado les proporcione un padre y una madre mediante la adopción-; imposición de la adoctrinadora asignatura obligatoria "Educación para la Ciudadanía" en todas las escuelas -que conculca del derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus principios morales y religiosos-; ley de violencia de género -que establece para un mismo delito sanciones diferentes en función de si quien lo comete es hombre o mujer, institucionalizando la ideología de género-; ley de "Identidad Sexual" -que permite cambiar de sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar ninguna modificación de las características sexuales secundarias-; modificación del Código Penal para establecer la edad de emancipación sexual a los 14 años -los adultos que mantengan relaciones sexuales con niños a partir de catorce años ya no serán considerados delincuentes si el niño dice consentir esas relaciones-; ley mal llamada de "Memoria Histórica" -que establece el revanchismo, la reescritura de la Historia y el juicio sumarísimo a la Iglesia por no haberse puesto del lado de sus perseguidores-.
¿Qué no han logrado -aún- los socialistas? una ley de eutanasia y otra de conculcación de la libertad religiosa -anticatólica, naturalmente-. Pero lo han intentado -simplemente no les ha dado tiempo en esta legislatura debido a todos los problemas derivados de la crisis económica- y seguirán haciéndolo.
Para concluir con este tema, sólo queda destacar el significativo final del comunicado de la banda terrorista ETA:
"ETA ha decidido el cese definitivo de su actividad armada. ETA hace un llamamiento a los gobiernos de España y Francia para abrir un proceso de diálogo directo que tenga por objetivo la resolución de las consecuencias del conflicto y, así, la superación de la confrontación armada. ETA con esta declaración histórica muestra su compromiso claro, firme y definitivo. ETA, por último, hace un llamamiento a la sociedad vasca para que se implique en este proceso de soluciones hasta construir un escenario de paz y libertad".
Que en román paladino significa:
"Si a partir de ahora los gobiernos de España y Francia no nos conceden lo que exijamos, no se superará la 'confrontación armada' -forma típica y eufemística que los independentistas vascos emplean para decir 'nosotros asesinamos y vosotros ponéis las víctimas'-. Además, votadnos en las próximas Elecciones Generales si queréis paz y libertad, o si no...".
La despedida, con tres soflamas escritas en vascuence, es un despropósito:
- "Vivan las Vascongadas libres" -irónico, porque no hay libertad en dicha región española por impedirlo ellos-.
- "Vivan las Vascongadas socialistas" -una broma, porque busca implantar el extinto socialismo marxista en una sociedad vasca que siempre ha sido mayoritariamente de derechas y católica -de hecho, más católica que nadie-.
- "Hacia la independencia y el socialismo" -más de lo mismo; totalitarismo en estado puro: "o nos regaláis un trozo de España para convertirlo en un país independiente bajo la férula del socialismo más trasnochado, o seguiremos matando".
En cuanto a la muerte de Muamar el Gadafi, además de haber sido un asesinato extrajudicial, la "alegría" internacional por su desaparición se verá eclipsada cuando el poder en Libia sea tomado por los islamistas radicales -aunque sea de forma democrática, al igual que hizo Hitler-. Es de temer que eso pueda pasar en todos aquellos países en los que ha tenido lugar una revolución últimamente: Túnez, Libia, Egipto, Yemen, o Siria. Es bastante difícil que esos países vayan a democratizarse al estilo occidental. Por el contrario, tienen todas las papeletas para convertirse en países islámicos radicales, con la Sharía instituida como ley del Estado y en los que los tribunales velarán por su cumplimiento. Ante esta más que probable posibilidad, los cristianos van a tener todas las de perder, como hemos visto últimamente con las sangrientas matanzas en Egipto.
En definitiva, el día de ayer no ha traído ninguna buena noticia, pese a la simplista manipulación informativa o euforia de ciertos medios de comunicación.