sábado, 13 de febrero de 2016

Desafortunada declaración del Papa Francisco y Kiril de Moscú firmada en La Habana (Cuba)

Por lo que transmiten los medios de comunicación, parece que a todo el mundo le ha encantado la reunión en Cuba y la declaración conjunta del Papa Francisco y del cismático Kiril de Moscú. A mí me ha parecido muy desafortunada. No sorprende, en cambio, que hayan elegido como lugar de encuentro una de las poquísimas dictaduras comunistas que aún quedan en el mundo, aliada de Moscú durante décadas y donde el Papa parece encontrarse a gusto, pues ya es la segunda vez que pisa la isla en poco tiempo.

En cuanto a la declaración, cabe decir que, aparte de lo mal escrita -o mal traducida- que está, con el empleo de palabras inexistentes en español como "epocales", esta declaración no obliga a los católicos a suscribirla, sobre todo en aquellos puntos no sólo cuestionables, sino opuestos a la Verdad. Me refiero, por ejempo, a frases como: "En las circunstancias actuales, los líderes religiosos tienen una responsabilidad especial por la educación de su rebaño en el espíritu de respeto por las creencias de aquellos que pertenecen a otras tradiciones religiosas". ¡Ya sólo nos faltaba ésto! Que el Papa pretenda que los "pastores" inculquen a los católicos la falsa idea del respeto, no ya a las personas que profesan creencias diversas, sino a las creencias mismas, aunque sean falsas -en determinados puntos no es que algunas creencias sean diferentes, sino que son opuestas a la Verdad revelada-. Verdad hay sólo una, y lo opuesto a "verdad" no es "otra verdad", sino "mentira", la cual no puede suscribirse.

A ello se suma la "exclusión" de hacer proselitismo recogida en la declaración, es decir, intentar que quienes no pertenecen a la Iglesia, que es sólo Una -la Iglesia Católica-, se incorporen a la misma, que es mandato expreso de Nuestro Señor. También menciona la "libertad religiosa", pero, precisamente por invocarla, es necesario defender y promocionar el proselitismo, pues si a alguien no se le expone previa e íntegramente la Verdad, no es realmente libre para aceptarla. Sin duda, es deseable la unidad de los cristianos. Pero no a cualquier precio; no a costa de la Verdad.

¿Tiene algo positivo la declaración? Sí, algo: la obviedad de afirmar que el crimen del aborto clama al cielo, y que los cristianos de Oriente Medio están siendo perseguidos, lo cual no es ninguna novedad para nadie, lo plasmen en esta prescindible declaración o guarden silencio. Y, hablando de silencio... ni una sola palabra del Papa, en esta segunda visita al país, sobre los presos políticos que siguen encarcelados por la dictadura comunista cubana; como si no existieran.

Puede leerse el texto completo de esta lamentable declaración en este enlace de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

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