Estas imágenes fueron tomadas el pasado sábado 14 de febrero, cuando S. E. R. Mons. Fernando Guimarães, Arzobispo Castrense de Brasil, bendijo las campanas (María, Miguel y Sebastián), antes de ser colocadas en el campanario de la capilla de Nuestra Señora de los Dolores de Brasilia (Brasil), a cargo del Instituto del Buen Pastor, tras lo cual ofició la Santa Misa Prelaticia, en el Rito Romano antiguo -durante la cual también dio el sermón-, a la que siguió la exposición del Santísimo Sacramento para la adoración de los fieles durante la devoción de las Cuarenta Horas.
Para la liturgia de la bendición de las campanas se preparó lo que establece el Pontifical Romano (ver la última fotografía): el santo crisma; un vaso de agua bendita "ordinario"; dos candelabros para los acólitos y la cruz procesional; un incensario con la naveta del incienso, el incienso y la cuchara; un recipiente con carbón encendido; (...) amito, alba, cíngulo, estola y capa pluvial blancos, mitra aurifrisada y báculo pastoral pro Pontífice. En el exterior se dispone el faldistorio sobre una alfombra, delante de las campanas a bendecir. Una vez con la mitra y el báculo, precedido por los acólitos con los candelabros y la cruz, y por el clero, el Pontífice se dirige a donde la campana va a ser ser bendecida. El Pontífice, que lleva la mitra, rocía la campana y la rodeaba en silencio. Mientras tanto, la Schola Cantorum canta la antífona "Vox Domini súper Aquas" (Salmo 28). Luego se dirige a la campana, y tomando con el pulgar de la mano derecha el santo crisma, hace con él cuatro cruces sobre la misma, a igual distancia cada una, diciendo cada vez: "Señor, que esta campana sea santificada y consagrada en el nombre del Padre y del Hijo ✠ y el Espíritu Santo; en honor de San..." (nombra al santo). Con la procesión hacia la sacristía finaliza la bendición de las campanas. Misa Tridentina en Brasilia.
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