La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebró su CCXX reunión los días 21 y 22 de junio de 2011 (la primera tras la renovación de cargos efectuada en la pasada Asamblea Plenaria, que tuvo lugar del 28 de febrero al 4 de marzo).
El pasado miércoles, 22 de junio de 2011, la CEE publicó una nota en la que los obispos advierten y critican el "Proyecto de Ley Reguladora de los Derechos de la persona ante el proceso final de la vida". Para que nos entendamos: la ley con la que el gobierno socialista quiere legalizar la eutanasia en España.
En dicha nota, la CEE advierte que dicho Proyecto de Ley podría suponer una legalización encubierta de prácticas eutanásicas. Los obispos, tras estudiarlo, han aprobado una amplia Declaración que se publicará íntegramente el próximo lunes día 27. En el texto, que lleva por título "Declaración con motivo del 'Proyecto de Ley Reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida'", los obispos recuerdan las numerosas ocasiones en las que la Conferencia Episcopal Española ha hecho oír su voz para anunciar el Evangelio de la Vida, según el cual "la vida de cada persona es sagrada, también cuando es débil, sufriente o se encuentra al final de su tiempo en la tierra" y que "las leyes han de proteger siempre su dignidad y garantizar su cuidado".
A pesar de que el texto del Proyecto de Ley dice que su objetivo es proteger la dignidad de la persona en el final de la vida sin despenalizar la eutanasia, los obispos señalan que "una concepción de la autonomía de la persona, como prácticamente absoluta, y el peso que se le da a tal autonomía en el desarrollo de la Ley acaban por desvirtuar la intención declarada y por sobrepasar el límite propuesto de no dar cabida a la eutanasia". El propio concepto de dignidad humana queda negativamente afectado, "puesto que parece sostenerse implícitamente que una vida humana podría carecer de dignidad tutelable en el momento en el que así lo dispusiera autónomamente la parte interesada e incluso eventualmente un tercero".
El texto aprobado por los obispos señala también que el Proyecto de Ley emplea una definición reductiva del concepto de eutanasia, con la que se deja la puerta abierta a ciertas omisiones voluntarias que pueden causar la muerte o que buscan de modo directo su aceleración. Se señalan algunas conductas eutanásicas a las que se daría cobertura legal como, por ejemplo, la posible sedación inadecuada, el abandono terapéutico o la omisión de los cuidados debidos.
La Declaración episcopal se muestra crítica con el trato que recibe, en la nueva ley que pretende aprobar el gobierno socialista, el Derecho Humano Fundamental de Libertad Religiosa, por el hecho de que con esta nueva ley los profesionales de la sanidad quedan prácticamente reducidos a ejecutores de la voluntad de los pacientes y no se les reconoce el derecho a la objeción de conciencia.
De nuevo, el gobierno socialista español quiere imponer su proyecto de ingeniería social recurriendo a leyes que promueven la Cultura de la Muerte, empleando para ello eufemismos con el fin de engañar a los incautos.
A la izquierda, propaganda nazi de la eutanasia: "60.000 Marcos alemanes. Cantidad que quienes sufren dolencias hereditarias cuestan durante su vida a la Comunidad nacional. Conciudadanos, ese también es su dinero. Lea "Pueblo Nuevo" la revista mensual de la Oficina de Política Racial del NSDAP".
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