[DOMINA NOSTRA] MATER DE PERPETVO SVCVRSV ORA PRO NOBIS [Nuestra Señora] Madre del Perpetuo Socorro, ruega por nosotros (100 días de indulgencia, todos los días. S. Pío PP. X) |
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es un título dado a la Santísima Virgen María, asociado a un icono bizantino del mismo nombre, del s. XIII ó XIV (tal vez del s.XV). El icono ha estado en Roma por lo menos desde finales del s.XV. En la Iglesia Ortodoxa Oriental esta iconografía se conoce como la Theotokos de la Pasión. La imagen es muy popular entre los católicos, y ha sido muy copiada y reproducida. Los católicos han rezado desde hace siglos a la Virgen María para que interceda por ellos ante Cristo. En el calendario litúrgico Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se conmemora el 27 de junio.
El icono representa a la Virgen María con un manto y velo azul sobre un vestido rojo oscuro. A su izquierda está el Arcángel San Miguel, llevando la lanza y la esponja de la crucifixión de Jesús, y a la derecha el Arcángel San Gabriel lleva una cruz de tres brazos y los clavos. Este tipo de icono es un ejemplo tardío del modelo iconográfico de la Virgen Hodegetria (la que muestra el Camino), en la que María está señalando a su Hijo, conocida como Virgen de la Pasión. Un presentimiento de su Pasión ha inquietado al Niño Jesús, que busca consuelo en su Madre. La expresión facial de la Virgen María es solemne y mira directamente al espectador en lugar de a su Hijo. Jesús es retratado junto a su madre con una sandalia colgando. Las iniciales en griego de la parte superior significan: Madre de Dios, Miguel Arcángel, Gabriel Arcángel y Jesucristo, respectivamente.
El icono está pintado con un fondo de oro sobre un panel de madera de nogal, y pudo haberse pintado en Creta, entonces gobernada por la República de Venecia. La Escuela de Creta fue la fuente de los numerosos iconos importados en Europa desde finales de la Edad Media hasta el Renacimiento. El icono fue limpiado y restaurado en 1866 y de nuevo en la década de 1940.
El primer relato escrito de la imagen lo encontramos en una placa escrita en latín e italiano, colocada en la iglesia de San Mateo de la Via Merulana de Roma, donde el icono fue expuesto a la veneración popular por primera vez en 1499. Se desconoce el autor del icono, pero según la leyenda el icono fue robado por un mercader cretense que se dirigía a hacia Roma. El comerciante tenía oculto el icono durante la travesía por mar, hasta que se levantó una tempestad y los marineros oraron al icono pidiendo socorro. Cuando el comerciante llegó a Roma cayó enfermo y como última voluntad pidió a otro comerciante que se colocase el icono en una iglesia en la que pudiera servir como imagen visual de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. El segundo comerciante confió el icono a su esposa, pero ésta, al verlo tan hermoso, se negó a darlo a la iglesia y lo colgó en su casa. Posteriormente, la Virgen María se apareció a la hija del comerciante y pidió que el icono fuera llevado a una parroquia, indicando a la niña que el icono debía ser colocado entre las basílicas de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Finalmente, la mujer del comerciante dio el icono a los Agustinos. El 27 de marzo de 1499 el icono fue llevado a la iglesia de San Mateo, donde permaneció durante 300 años.
En 1798, André Masséna, entonces gobernador de Roma, clausuró y destruyó varias iglesias de la ciudad. La iglesia de San Mateo en la Via Merulana fue una de ellas. Los frailes Agustinos primero llevaron el icono a la cercana iglesia de San Eusebio, y más tarde a un altar lateral de Santa María Posterula. El Papa Pío IX había invitado a la Congregación del Santísimo Redentor a establecer una casa de veneración mariana en Roma. Los Redentoristas estaban establecidos en la vía Merulana, sin saber que una vez fue la ubicación de la iglesia de San Mateo y el santuario del famoso icono. Después de que un sacerdote redentorista tuviera noticias de la historia del icono y de la iglesia en la que era venerado, los Redentoristas construyeron la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio junto a aquel lugar.
El Padre General de los Redentoristas, Nicolás Mauron, llevó el asunto al Papa Pío IX, quien decidió que el icono debía ser expuesto a la veneración pública. El lugar idóneo era la iglesia de San Alfonso María de Ligorio, ubicada entre la Basílica de Santa María la Mayor y la de San Juan de Letrán. El Papa Pío escribió un corto memorandum ordenando a los Padres Agustinos de Santa María en Posterula entregar el icono a los Redentoristas, a condición de darles otra imagen o copia del icono. Además, estableció la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. El 23 de junio de 1867 la imagen fue coronada por el decano del Capítulo Vaticano, en un reconocimiento solemne y oficial del icono mariano bajo la advocación de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro. El 21 de abril de 1866 Superior General de los Redentoristas dio una de las primeras copias del icono al Papa Pío IX. Esta copia se conserva en la capilla de la Casa General de los Redentoristas en Roma. El icono original está bajo el cuidado de los Padres Redentoristas de la Iglesia de San Alfonso María de Ligorio, donde se venera en la actualidad.
Desde entonces, se ha venerado a la Santísima Virgen María como Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, siendo muy popular en muchas culturas y con distintos títulos en los diferentes idiomas, tales como Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Notre-Dame du Perpétuel Secours, Mater de Perpetuo Succursu, Ina ng Laging Saklolo, and Mother of Perpetual Succour.
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro es la Patrona de Haití, y en Filipinas también se le tiene una gran veneración. Las iglesias católicas allí celebran una novena y la Santa Misa en honor de la Santísima Virgen María bajo este título todos los miércoles. El Santuario Nacional de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se llena con miles de devotos que le rinden homenaje, y cada miércoles se leen desde el púlpito numerosas cartas con peticiones y en acción de gracias de filipinos repartidos por todo el mundo. Además, la novena del Perpetuo Socorro es observada y seguida cada miércoles en la mayoría de las iglesias católicas filipinas, siendo utiliza para ello el mismo folleto inicialmente publicado por los Padres Redentoristas.
Oración a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Concédeme invocar tu poderosísimo nombre, que es salvaguarda de los vivos y salvación de los moribundos. Purísima y Dulcísima María, que en adelante tu nombre esté siempre en mi boca. No tardes, ¡oh Santísima Señora!, en socorrerme cuando te invoco, en todas mis necesidades, en todas mis tentaciones, pues nunca dejaré de recurrir a ti, repitiendo siempre tu sagrado nombre, María, María.
¡Oh, qué consuelo, qué dulzura, qué confianza, qué emoción llena mi alma cuando pronuncio tu sagrado nombre, o incluso sólo pensando en ti. Agradezco a Dios por haberte dado, por mi bien, tan dulce, tan poderoso, tan hermoso nombre. Pero no me conformaré con pronunciar tu nombre: que mi amor por ti haga que te aclame, Madre del Perpetuo Socorro.
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