martes, 1 de noviembre de 2011

Hoy no es el día de las brujas y los fantasmas, sino la víspera de la solemnidad de Todos los Santos

Hoy no es el día de las brujas. Es la víspera de la solemnidad de todos los Santos. Es indudable la influencia cada vez mayor de símbolos y prácticas diabólicas en la sociedad. Lo malo es que cuando disfraces y juegos comienzan a exaltar lo demoníaco, el terror y lo oculto, se entra en zona peligrosa. Las fiestas que celebramos reflejan quiénes somos e influyen en nuestros valores. Es alarmante que cada vez más cristianos olviden el testimonio de los Santos y prefieren festejar a demonios, brujas y fantasmas. Halloween está marcando un triste regreso al antiguo paganismo, fomentado por los medios de comunicación, entre otros medios para descristianizar la sociedad.

Además del origen pagano de los disfraces de Halloween, hoy en día, con demasiada frecuencia, se burlan de las cosas sagradas: monjas embarazadas, sacerdotisas, pervertidos sexuales, etc.

Es paradójico que a medida que la cultura moderna va rechazando a Dios, ofrece a cambio la superstición, el paganismo, el satanismo, etc., para llenar el vacío. Una consecuencia terrible de dicha cultura de la muerte, sin Dios, es el aborto.

Los católicos profesamos que sólo Jesucristo nos libera de la muerte. Él es la luz que brilla en la oscuridad y que nos protege de Satanás y los demonios. Es el vencedor sobre el horror y la muerte. Ante Cristo la cultura de la muerte cede el paso al amor y la vida. Debemos apoyar la vuelta a la verdadera celebración de la fiesta de Todos los Santos. Como alternativa podemos leer sobre los santos, conmemorar a un santo favorito, pedir limosmas como sugragio para las ánimas del Purgatorio, y, sobre todo, esforzarnos en vivir la fe para llegar también nosotros a ser santos. Sus vidas nos ayudarán a vivir mejor el Evangelio y además nos servirán como intercesores desde el Cielo para nuestra salvación.

Remito a quien le interese este tema a lo que escribí sobre este día en esta entrada anterior del blog: Consideraciones católicas sobre Halloween

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