Debut

Como el título indica, este blog pretende ser una bitácora de un católico en los tiempos que corren, en los cuales es necesario ir contracorriente y afrontar que el Enemigo no descansa.

Por ser la primera entrada, coloco esta imagen para ver qué tal queda. He estado dudando de si ponía ésta como cabecera del blog.

En cualquier caso, viene bastante a cuento, pues este próximo domingo 25 de noviembre se celebra la festividad de Jesucristo Rey del Universo (conocida como "Cristo Rey").

Por cierto: he averiguado cómo utilizar una fuente de letra distinta a las predefinidas en blogger (que son poquísimas). Espero que encontréis el tamaño adecuado, pues así nadie se queda ciego leyendo, pero tampoco es excesivamente grande como para ocupar mucho espacio.

Aclaro que cuando realice citas bíblicas utilizaré la Sagrada Biblia de Nácar-Colunga, en edición de 1968.

También quisiera aclarar que en lo referente a liturgia asisto a Misa por la forma extraordinaria del Rito Romano, denominada Misa de San Pío V, según el misal de SS. Juan XXIII de 1962, incluso antes del Motu Proprio de SS. Benedicto XVI "Summorum Pontificum" del pasado 7 de julio de 2007, sobre la "Liturgia romana anterior a la reforma de 1970", cuya celebración estaba autorizada por los obispos desde el indulto "Quattuor abhinc annos", del 3 de octubre de 1984, y especialmente desde la publicación del Motu Proprio de SS. Juan Pablo II "Ecclesia Dei", el 2 de julio de 1988.

Ni que decir tiene que la publicación del último Motu Proprio papal ha acabado con la suposición de algunos de que esta forma tradicional de la Misa estaba abolida y sólo era propia de cismáticos, especialmente relacionados con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), fundada por el fallecido Cardenal francés Marcel Lefevbre.

Como el Motu Proprio aclara, sólo existe un Rito Romano, y ahora se permite celebrarlo por las dos formas: la tradicional o extraordinaria (la anteriormente descrita) y la ordinaria (según las disposiciones de SS. Pablo VI en 1969, y que entraron en vigor en 1970). También queda aclarado en el documento un punto que ha venido siendo sostenido de manera equivocada desde entonces hasta ahora: el misal de San Pío V jamás ha sido abolido (entre otras cosas porque no puede abolirse), y por tanto tampoco la Misa celebrada según dicho misal. Lo único que se establece ahora es que para su celebración se debe utilizar la última edición de dicho misal anterior a la reforma litúrgica, o sea, la de SS. Juan XXIII de 1962, y que estuvo vigente de forma universal hasta 1970.

Desde este próximo domingo habrá un nuevo templo en España donde asistir a Misa tradicional. Se trata del Oratorio de San Felipe Neri de Madrid, en el que la Misa será a las 20:30 h. En otra entrada del blog he colocado una lista con todas las iglesias de España donde se puede asistir a Misa tradicional de forma regular. La iré actualizando a medida que haya más.

Aclarado este tema, me queda tratar algo que me sucedió ayer. Al volver de trabajar miré en el buzón (el de correo de mi casa, no el electrónico) y encontré un sobre con un folleto dentro. Se trataba de una felicitación navideña enviada por las Hermanitas de los Pobres, congregación dedicada, como su nombre indica, a ejercer la caridad con los pobres y los más desfavorecidos de la sociedad. En concreto, esta congregación se dedica a asistir a ancianos pobres en una residencia que se encuentra relativamente cerca de mi domicilio, pero de la cuál no tenía conocimiento. Además de la propia felicitación, aprovechaban en el folleto para solicitar la ayuda económica de las personas de buena voluntad para el sostenimiento de sus actividades caritativas.

Tras leerlo reflexioné sobre un hecho que quizás no hayan sopesado todos los católicos u otras personas que valoran la labor social que realiza la Iglesia Católica y sus instituciones: la Iglesia ya no recibe una cantidad compensatoria por parte del Estado, según establecían los Acuerdos Iglesia-Estado de 1978, y por tanto es labor de todos ayudar a sostenerla, así como a las actividades que realiza. Sin los "benefactores" (como estas monjitas los denominan), no podría llevarse a cabo la insustituible labor que hacen.

Como ellas, muchas otras asociaciones dependientes de la Iglesia e institutos religiosos necesitan de nuestra colaboración para su sostenimiento. Pido desde aquí, ya que en el mundo actual hay poca gente que esté dispuesta a hacer directamente algo por los demás, que al menos ayudemos a quienes sí están dispuestos a hacerlo, en este caso con nuestra aportación económica.