Desde anteayer, miércoles 22 de octubre, se ha difundido en varios periódicos y páginas web una información poco menos que inquietante: podría haber pronto una nueva víctima de la "Misericordina", con la que el Papa Francisco ya ha obsequiado a otro obispo de doctrina ortodoxa ligado al Rito Romano tradicional (S. E. Mons. Rogelio Liéveres, obispo de Ciudad del Este, Paraguay, recientemente destituido por el propio Papa). En este caso se trataría de S. E. Mons. Mario Oliveri, obispo de Albenga-Imperia (Italia), al que vemos en la imagen que abre esta entrada.
Gracias a una denuncia anónima escrita por unos supuestos "fieles y sacerdotes" de la costa de Liguria, en la diócesis de Albenga-Imperia, el Papa habría enviado allí, de "Visita Apostólica", al Nuncio en Italia, S. E. Mons. Adriano Bernardini (en la foto sobre estas líneas). Como consecuencia de dicha "visita", el Papa habría decidido nombrar un "obispo auxiliar" o coadjutor, oficialmente para secundar a Mons. Oliveri, pero que en realidadusurparía ocuparía su puesto.
Alguna fuente señala que este "obispo auxiliar" o coadjutor podría ser Mons. Alberto Maria Careggio, obispo emérito de Ventimiglia-San Remo -a quien vemos en el centro de la fotografía sobre estas líneas, en un evento del masónico Rotary Club Sanremo Hanbury en el Grand Hotel Royal de San Remo, y del que la propia secta afirma que "siempre ha sido cercano al Rotary y a sus valores universalmente reconocidos" (ver aquí)-, que ocupó la sede del oeste de Liguria desde marzo de 2004 hasta enero de este año.
Según esta información, al igual que ocurrió con el caso del obispo de Ciudad del Este -cuya destitución anticipé en este blog un par de meses antes de que se hiciera efectiva (ver aquí, aquí y aquí)-, los días de Mons. Oliveri están contados.
Gracias a una denuncia anónima escrita por unos supuestos "fieles y sacerdotes" de la costa de Liguria, en la diócesis de Albenga-Imperia, el Papa habría enviado allí, de "Visita Apostólica", al Nuncio en Italia, S. E. Mons. Adriano Bernardini (en la foto sobre estas líneas). Como consecuencia de dicha "visita", el Papa habría decidido nombrar un "obispo auxiliar" o coadjutor, oficialmente para secundar a Mons. Oliveri, pero que en realidad
Según esta información, al igual que ocurrió con el caso del obispo de Ciudad del Este -cuya destitución anticipé en este blog un par de meses antes de que se hiciera efectiva (ver aquí, aquí y aquí)-, los días de Mons. Oliveri están contados.
Cabe recordar que S. E. Mons. Mario Oliveri dio la bienvenida, con los brazos abiertos, a la nueva comunidad de Benedictinos de la Inmaculada de Villatalla, así como a los actualmente "comisariados" Franciscanos de la Inmaculada. Asimismo, cuenta en su haber el haber oficiado, el 26 de octubre de 2008, la Santa Misa Pontifical, en la Forma Extraordinaria del Rito Romano -de acuerdo con el motu proprio "Summorum Pontificum", de S. S. Benedicto PP. XVI-, durante la Profesión solemne de siete Hermanas Franciscanas de la Inmaculada. Para entonces, Monseñor Oliveri ya había oficiado la Santa Misa Tridentina en la sede de los Franciscanos de la Inmaculada instalada en su diócesis, así como en la de los Benedictinos de la Inmaculada, donde cada 11 de julio oficia la solemne Santa Misa Tridentina Pontifical de la solemnidad de San Benito en el monasterio benedictino de Santa Catalina de Siena de la localidad de Villatalla-Tavole, en la diócesis de Albenga-Imperia (ver aquí y aquí).
Además, fue el primer obispo italiano en oficiar la Santa Misa en la Forma Extraordinaria del Rito Romano en su catedral, después de la entrada en vigor del motu proprio de S. S. Benedicto PP. XVI. Incluso el 1 de enero de 2012 "osó" reprender públicamente a los sacerdotes de su diócesis que eran reacios a poner en práctica dicho motu proprio.
Justo antes de la Navidad de 2013, el P. Fidenzio Volpi (saludando al Papa en la imagen de arriba), Comisario político Comisionado Apostólico de la Orden de los Hermanos Franciscanos de la Inmaculada, cerró tres conventos de los Franciscanos de la Inmaculada instalados en la diócesis de Albenga-Imperia. Casualmente, uno de los cargos de la "valiente" denuncia anónima señalada más arriba, es haber acogido en el seminario diocesano -tachado, como el de Ciudad del Este, de "ultra-tradicionalista" y "anacrónico"- a los seminaristas expulsados del seminario de los Franciscanos de la Inmaculada.
Otro de los "reproches" a Monseñor Oliveri es haber abierto una nueva escuela católica, el "centro educativo diocesano", junto al nuevo centro de obras parroquiales que recientemente abrió sus puertas cerca de su catedral, para impartir enseñanza católica a los niños necesitados.
También se le culpa de "acoger a cualquier persona en su diócesis" -no sólo a peligrosos "fundamentalistas" benedictinos o franciscanos-, sino también a sacerdotes y religiosos que han tenido diferentes problemas. A este respecto, uno de los artículos que recogen esta información, indica que en este caso se aprecia que la "Misericordina" del Papa Francisco es una marca registrada, y que sólo él tiene derecho a decir "¿Quién soy yo para juzgar", aunque este principio no se aplique cuando se trata de personas de tendencia tradicional: el Papa sí es Papa para juzgar y condenar a un obispo que continúa en silencio, pacíficamente, su apostolado católico en línea con la Tradición.
Por último, señalar que se hacen eco de esta información el "Bureau audiovisuel francophone" (ver aquí), "Messa in Latino" (ver aquí), el "Blog de Yves Daoudal" (ver aquí), y "Chiesa e post concilio" (ver aquí), que a su vez cita al diario laicista "Il Secolo XIX" de Savona, nada sospechoso de ser una fuente "tradicionalista" (ver aquí y aquí), que informa sobre la visita que el Nuncio realizó al seminario diocesano con Mons. Oliveri, indicando que su informe no fue positivo. Las similitudes con el caso de S. E. Mons. Livieres, obispo de Ciudad del Este (Paraguay), son obvias.
Por su parte, "Liberta e Persona" (ver aquí) hace una comparativa entre el caso del Arzobispo Vincenzo Paglia, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia (foto de la izquierda), o el de Mons. Domenico Mogavero, obispo de Mazara del Vallo (foto de la derecha), quienes, a diferencia de Mons. Mario Oliveri, no van a ser removidos de sus diócesis, pese a los escándalos que les acompañan.
Todos a "nuestros catacumbas".....
ResponderEliminarDonde ya está Livieres y donde faltamos llegar "otros muchos".