La Madre de Dios pasó por el trance de la muerte: pero su muerte, causada por el amor y deseo de estar con su divino Hijo, fue semenjante a un dulcísimo sueño. Durmióse en la tierra para despertar en el Cielo. Al tercer día, su alma volvió a unirse con su cuerpo virginal, y en cuerpo y alma, acompañada de innumerables ejércitos de ángeles y, apoyada en su divino Hijo, voló al Cielo, donde fue entronizada como Emperatriz de los Cielos y de la tierra. Gocémonos en este triunfo de nuestra Madre (Intr.), pues hoy fija para siempre su morada en la celestial Jerusalén y en la plenitud de los Santos (Epíst.). En la tierra hospedó al Señor mucho mejor que Marta, no sólo en su casa, sino en sus virginales entrañas; en el Cielo goza de su divina presencia con más inefable deleite que María (Evang. y Com.).
OREMVSGAVDEAMVS OMNES IN DOMINO DIEM FESTVM CELEBRANTES SVB HONORE BEATAE MARIAE VIRGINIS DE CVIVS ASSVMPTIONE GAVDENT ANGELI ET COLLAVDANT FILIVM DEI -Ps. 44,2. ERVCTAVIT COR MEVM VERBVM BONVM DICO EGO OPERA MEA REGI. v. GLORIA PATRI... AMEN
Oremos
Gocémonos todos en el Señor, al celebrar la festividad de este día en honor de la Virgen Santa María, de cuya Asunción se alegran los ángeles y alaban al hijo de Dios.-Ps. Una hermosa canción bulle en mi pecho: a Cristo Rey quiero cantar. v. Gloria al Padre... Amén.
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