El pasado jueves 2 de octubre, fiesta del Santo Ángel de la Guarda, el P. Bizard, Fssp, Vicerrector y Prefecto de Liturgia del Seminario de San Pedro en Wigratzbad, Baviera (Alemania), visitó a algunos seminaristas en la sede de S. E. R. Mons. Wolfgang Haas, Arzobispo de Vaduz (Liechtenstein), quien había accedido generosamente a celebrar un raro e inusual evento: la consagración de 23 piedras de altar, diseñadas para altares portátiles de diferentes sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro.
Desde la antigüedad, el Santo Sacrificio de la Misa debe ser oficiado en un altar de piedra que contiene algunas reliquias de mártires, o en un altar portátil, a cuya superficie se ajusta un ara de piedra. En este caso el obispo no ha dedicado altares enteros, sino las aras o piedras que se colocan en los altares móviles.
La ceremonia de dedicación es una mezcla del antiguo rito romano y del gálico. También toma prestado el ceremonial prescrito por Dios para la consagración del altar del Templo de Jerusalén en el Antiguo Testamento, con ritos de purificación y unción. Las etapas de la consagración son: preparación y aplicación del agua gregoriana, mezcla de agua, sal, cenizas y vino (purificación); luego introducción de las reliquias en la cavidad prevista, que se sella con cemento; finalmente se unge con el óleo de los catecúmenos y el crisma, incienso y se rezan las oraciones de consagración y conclusión.
El ara de piedra del altar portátil simboliza el altar, que a su vez es símbolo de Cristo. Lugar de sacrificio de la Santa Misa, renovación incruenta del Sacrificio de la Cruz, su consagración es el acto litúrgico en el que se realizan más signos de la cruz: casi doscientos en total, lo cual nos anima a desarrollar nuestro sentido de lo sagrado: el altar no es una mesa corriente, sino que debe ser objeto de nuestra veneración, como el resto del santuario a su alrededor.
Seminario de San Pedro - Wigratzbad.
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