Tres natividades celebra la Iglesia: la de Cristo, la de la Virgen y la de San Juan; porque de solos estos tres sabemos que fueron totalmente santos en su nacimiento. San Juan es el más grande de los Profetas, y más que profeta, porque preparó inmediatamente los caminos para la entrada en el mundo del Salvador, y señaló con el dedo al Cordero de Dios, al que quita los pecados del mundo.
Otra fiesta de San Juan se celebra el 29 de agosto: su Degollación o Martirio; pero no alcanza en solemnidad litúrgica a ésta de su alegre nacimiento, que antiguamente se celebraba poco menos que la Natividad del Señor.
OREMVSDEVS QVI PRAESENTEM DIEM HONORABILEM NOBIS IN BEATI IOANNIS NATIVITATE FECISTI DA POPVLIS TVIS SPIRITVALIVM GRATIAM GAVDIORVM ET OMNIVM FIDELIVM MENTES DIRIGE IN VIAM SALVTIS AETERNAE PER DOMINVM... AMEN.
Oremos
¡Oh Dios!, que nos hiciste venerable este día con el nacimiento de San Juan: concede a tu pueblo la gracia de los goces espirituales, y guía las almas de todos los fieles por el camino de la eterna salvación. Por Nuestro Señor Jesucristo... Amén.
No hay comentarios :
Publicar un comentario