lunes, 29 de junio de 2009

Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo y clausura del Año Paulino



Benedicto XVI celebró ayer domingo, a las seis de la tarde, las primeras vísperas de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, con las que se clausura el Año Paulino, en la basílica de San Pablo Extramuros. Un Año Paulino que ha facilitado el redescubrimiento del gran Apóstol y que ha facilitado una mejoría en la amistad con las demás Iglesias cristianas. La clausura tuvo lugar simultáneamente en las siete ciudades más relacionadas con la vida de San Pablo, a las que el Papa ha enviado siete cardenales.

El arzobispo de Madrid, monseñor Rouco Varela, representó al Santo Padre en Damasco, la ciudad en que el violento perseguidor de los cristianos se convirtió en el apóstol que extendería el Evangelio como un incendio, sobre todo entre los no judíos, a lo largo de viajes extenuantes cargados de peligros, contratiempos y aventuras como pocos personajes en la historia de la Humanidad.

Tan sólo las cartas de Pablo, que suponen casi la mitad de los escritos del Nuevo Testamento, le hubiesen convertido en un personaje único, pero a ellas se añade su vida, narrada por Lucas en los Hechos de los Apóstoles, como ejemplo de evangelizador que el Papa ha puesto en primer plano en este año que ha conmemorado el bimilenario de su nacimiento.

El cardenal Andrea Cordero Lanza de Montezémolo, responsable de la basílica papal de San Pablo Extramuros, subrayó en su balance del Año el éxito de las peregrinaciones "pues el día uno de mayo recibimos a 18.000 peregrinos y en estas últimas semanas han venido más de 10.000 personas cada día".

A diferencia de la basílica de San Pedro, que conserva la tumba pero no las reliquias del Apóstol, evacuadas y perdidas durante las persecuciones, la de San Pablo conserva la tumba original, enterrada bajo pesadas capas de hormigón romano. Con motivo del Año Paulino se abrió un pasaje lateral bajo el altar que permite a los peregrinos ver uno de los lados del sarcófago de "Pablo, apóstol", según la rústica inscripción.

El Año Paulino, inaugurado conjuntamente el 28 de junio de 2008 en la basílica de San Pablo Extramuros por Benedicto XVI y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartholomaios I, ha facilitado una gran mejora en la relación y el clima de amistad con las Iglesias ortodoxas, anglicanas y evangélicas, que han organizado además sus propias actividades en la basílica papal a lo largo de todo el año. El continuo flujo de peregrinos ha sido verdaderamente ecuménico, precisamente con el "ecumenismo de la plegaria" promovido por SS. Benedicto XVI.

Según la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, con motivo de la solemnidad de los Santos Pedro y Pablo que hoy se celebra, el Santo Padre presidirá en la Basílica Vaticana, hoy lunes 29 de junio, a las 09:30 horas, la Santa Misa con los nuevos arzobispos metropolitanos, a los que impondrá el sacro Palio, que se encuentra en el altar de la Confesión de San Pedro.

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